Page 95 - 13 Pitagoras
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han indicado que los pitagóricos de los siglos vr y v a.c. no distin-
guían los números de los puntos geométricos, que entendían como
esferas minúsculas. En realidad, representar los números me-
diante hileras de puntos, sucesiones de signos o piedras dispues-
tas en dibujos regulares era una costumbre muy anterior y
primitiva, que perduraría durante milenios, dando a la aritmética
la forma geométrica con que se entendió ampliamente en Grecia.
No en vano el propio término «cálculo» deriva de la palabra latina
calculus, que designa la piedra con que se calcula, y aún hoy ha-
blamos de cuadrados y cubos de los números, términos que pro-
ceden de las representaciones pitagóricas.
Un solo punto era el principio de todas las cosas y carecía de
dimensiones, dos puntos formaban una recta y constituían la di-
mensión 1, tres puntos no alineados eran un triángulo o área de
dimensión 2, y cuatro puntos que no estuvieran en el mismo plano
formaban un tetraedro o volumen de dimensión 3 (figura 3).
Este concepto se aplicaba asimismo a la generación de figuras
geométricas. No había más que reemplazar la progresión aritmética
que describía las primeras figuras por la progresión geométrica,
con lo que la secuencia punto, línea, triángulo, tetraedro, se con-
vertía en punto, línea, cuadrado, cubo (figura 4).
En su concepción geométrica del número, los pitagóricos
identificaban puntos cuya combinación constituía unidades supe-
FIG. 3
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FIG. 4
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UN UNIVERSO BASADO EN EL NÚMERO 95