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para llegar a entender mejor enfermedades de su ámbito o disciplina. Un
médico que no sea curioso y autodidacta deja de ser competente.
Las competencias no se transmiten como la información, mediante la
atenta escucha a clases magistrales, tampoco se desarrollan cuando se
reciben, se desarrollan cuando el sujeto que aprende las ejercita. Para crear
las situaciones en las que nuestros alumnos ejerciten las competencias
tenemos que cambiar radicalmente la forma en la que enseñamos.
Debemos aprovechar el tiempo de clase para que nuestros alumnos
ejerciten, como mínimo, competencias tales como el razonamiento crítico,
la comunicación en público, la creatividad y la cooperación en equipo.
También, y siguiendo la metodología inversa, influye la inversión de los
tiempos teoría-prácticas, a favor de la preponderancia de estas últimas. De
este modo, un alumno con competencias académicas bien desarrolladas, es
un alumno competente y competitivo, que suele conseguir sus objetivos
profesionales al tener la preparación no solo adecuada sino desarrollada.
Por todas estas razones, no podemos seguir abusando de las
metodologías tradicionales, apropiadas para la transmisión de información
a masas muy numerosas de alumnos, pero totalmente inapropiadas para
propiciar las interacciones pupilo-tutor o entre alumnos y profesores, y sí
fomentar el ejercicio de competencias en condiciones en las que el
profesor pueda supervisar su ejercicio y aportar retroinformación
formativa. En el futuro deberemos aplicar una nueva pedagogía
fundamentalmente orientada a crear situaciones de ejercicio y desarrollo
de competencias en nuestros alumnos.
¿Contribuye la educación universitaria
tradicional al óptimo desarrollo de competencias
que los alumnos necesitan en el siglo XXI?
Estudios recientes demuestran el escaso impacto de las asignaturas
universitarias en el desarrollo de las competencias para el razonamiento
crítico, el razonamiento complejo y la escritura profesional de los alumnos
que la cursan. En el estudio de Arum & Roksa (2011) sobre 2.300
estudiantes en 24 instituciones de Estados Unidos, el 45% de ellos no
mostraron un cambio significativo en estas competencias durante el primer
año y medio de educación universitaria.
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