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de la necesidad que tenemos de contar con los Para intentar conocer en qué momento de la «
demás seres humanos y de las cosas del mundo vida de una persona se adopta un determinado zz
para cumplir nuestro proyecto de vida. Somos "proyecto de vida", es decir, para ubicar en el oar
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conscientes del proyecto de vida que, no sin tiempo aquel instante en el que se vislumbra
dificultades y titubeos hemos valorado, hemos con mayor claridad lo que queremos sery hacer OO
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elegido y decidido para su realización existen­ en y con nuestra vida, es conveniente, en primer
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cial.Todo ello de acuerdo con nuestra más hon­ término, hurgar en nuestra propia experiencia NACIONAL
da vocación, con un profundo llamado interior. personal, acudir a nuestros recuerdos, a fin de
Esta escogencia ha permitido darle un sentido precisar en cual edad escogimos nuestro "pro­
a nuestra vida y nos ha permitido, simultánea­ yecto de vida".
mente, tender a la perfección dentro de nuestras
naturales limitaciones y ser útiles a los demás de No podemos olvidar un hecho de nuestra
acuerdo a nuestras reales posibilidades. infancia y de los primeros años de nuestra
adolescencia que nuestra memoria conserva
Poseemos experiencias de las resistencias, con nitidez, no exenta de un cierto malestar. Se
obstáculos, dificultades y retardos que a través trata de la pregunta que, con relativa frecuencia,
del tiempo ha sufrido la realización de nuestro nos hacían nuestros mayores, y que consistía
propio "proyecto de vida". en "qué íbamos a ser de grandes". Recuerdo
también que como amaba el mar, les respondía
XVI. LA COMPLEJIDAD DEL PROYECTO DE que cuando fuese mayor sería marino pues me
VIDA gustaba navegar. E
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La complejidad del proyecto de vida se percibe Tales personas, que trataban descifrar el enigma o»
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principalmente en dos instancias. La primera de nuestro futuro, inquirían, en verdad, sobre O
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se manifiesta en el momento de decidir vivir cuál era nuestro proyecto de vida, qué es lo que U
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conforme a un cierto proyecto desde que pue­ deseábamos ser y hacer de adultos. A la edad Q
de abarcar varias actividades simultáneamente que teníamos en aquellos momentos de nues­ <v
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como la profesional y la familiar. No sólo se le tras vidas no estábamos aún en condiciones de -o
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concibe en una dirección, con un sólo destino, precisar cuál era nuestro proyecto de vida. Nos 3
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sino que éste, como en el caso propuesto, abar­ faltaba experiencia de la vida y madurez intelec­ ro
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ca dos dimensiones: el qué voy a "hacer" en la tual. Ante este hecho surge la lógica pregunta .2
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vida y con mi vida y si ello se hará a partir de un que nos hacemos, y que nos hacen, de continuo, X ¡
núcleo familiar o en forma solitaria. sobre ¿cuándo, en qué momento, se concibe y O
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se determina el proyecto de vida personal? E
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La otra instancia, como apunta Vilanova, es que ro
aun en el caso de existir una decisión dominante No es fácil encontrar la respuesta a la pregunta O
en cuanto al proyecto elegido en un momento sobre el momento de la existencia en el cual el ser CL
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cualquiera, debe considerarse que tal decisión humano decide asumir un determinado proyecto ro
no va sola. Ella va "acompañada -con un grado de vida. Es relativamente incierta la edad, el ins­ T3
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diverso de actualidad, por supuesto- por todas tante existencial, en el cual el ser humano, cons­ ro
las decisiones de carácter permanente que se ciente de lo que desea "ser" y "hacer" en su vida, >
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han ido tomando en el pasado y que no han le otorga un rumbo y un sentido a su existencia. cc
sido revocadas o, al menos, puestas en crisis"26. Es decir, escoge un cierto "proyecto de vida".
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XVII.MOMENTO EN EL CUAL SE CONCIBE EL Existen algunos niños que, desde muy peque­ (N
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"PROYECTO DE VIDA" ños, demuestran una marcada inclinación,
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26. VILANOVA, José M. Op. cit., p. 82.

B r e v e s a p u n t e s s o b r e e l “ p r o y e c t o d e v i d a ” y s u p r o t e c c i ó n j u r í d i c a