Page 195 - Edición N° 30
P. 195

una tendencia  o  aptitud,  más  o  menos  clara,   40 del siglo XX que en el Perú todo estaba por
                  que denota sobre cuál podría ser su  proyecto   hacer, que no existía la necesaria infraestructura
                  de vida. Así,  bien  lo sabemos y  no es ajeno a   vial, de puentes, de viviendas, de hidroeléctri­
                  nuestra observación, la existencia de niños que   cas, de refinerías y otras similares por lo cual los
                  les gusta  los juguetes que tienen vinculación   ingenieros siempre serían requeridos y tendrían
                  con  la  medicina y su juego preferido es el del   trabajo asegurado. Aceptamos para el efecto, sin
                  "ser doctor", el de curar muñecos o muñecas,   mayor reflexión, apenas cumplidos los dieciséis
                  según el caso. Otros demuestran estar dotados   años, el argumento de raíz crematística que se
                  para  la  música y suelen  practicarla con  sensi­  nos insinuaba.
                  bilidad  desde  muy temprana  edad,  mientras
                  que también hemos encontrado niños que su    Felizmente, faltando  pocos días  para  rendir el
                  actividad más gratificante era el de pasarse ho­  examen de ingreso a la Universidad de Ingenie­
                  ras enteras en el jardín dedicados a observar la   ría, en una noche de insomnio y de angustia, nos
                  naturaleza, los bichos ahí existentes, los árbo­  planteamos, seriamente y por primera vez, si el
                  les, las plantas. Llegada la edad de adoptar un   ser ingeniero respondía a nuestra vocación, a lo
            por  alum nos  de  la  Facultad  de  Derecho  de  la  U niversidad  de  Lima
                  "proyecto de vida" estos niños, por lo general,   que deseábamos hacer en la vida. Sentimos, tal
                  escogieron ser biólogos o alguna otra actividad   vez por única vez, lo que con los años compren­
                  vinculada con sus inclinaciones infantiles como   dimos lo que significaba la angustia existencial.
                  la zootecnia, la agricultura o la ecología entre   Al despertarnos, más tarde que de costumbre,
                  otras opciones conexas.                      tuvimos una sensación de alivio pues habíamos
                                                               descubierto que nuestra vocación no era la ac­
                  Nuestra afición infantil por ingresar a la Escue­  tividad  propia de los ingenieros constructores
                  la  Naval  cuando  apenas teníamos  doce  años   sino que eran  las humanidades. Grande fue la
                  de  edad  se fue  disipando  cuando,  conforme   sorpresa en casa cuando, a la hora del desayu­
                  transcurrido  un  tiempo,  observamos  la  vida   no,  les informé sobre  mi  decisión, así como  la
                  de los marinos, su  disciplina, una cierta  rutina   reacción  de  mis  mejores  amigos  cuando  esa
                  en  la  que se desenvolvía  sus vidas. Compren­  tarde, sin  cuadernos ni  otros adminículos que
                  dimos, con los años, que era  una profesión en   utilizábamos para la ocasión, fui a despedirme.
                  la  cual  la  persona  estaba  a  disposición  de sus   Ellos trataron de convencerme que continuara
                  superiores, condicionadas a su voluntad, la que   en  la  academia, argumentando que dado  los
                  se debía acatar "sin  dudas  ni  murmuraciones".   resultados  obtenidos  en  las  simulaciones  de
                  Es decir, que para ser marino se requería tener   exámenes practicados éramos candidatos fijos
                  una personalidad disponible a ser mandado por   para ingresar a la Universidad. Pero nuestra de­
                  muchos años de su vida, sin tener la posibilidad   cisión ya estaba tomada y nos sentíamos felices
                  de discutir las órdenes recibidas. Intuíamos que   y psíquicamente aliviados por haber salido del
                  no nos gustaba mandar ni ser mandados, sino   error y ver la luz.
                  adoptar nuestras decisiones sin recibir órdenes
            Revista  editada   que vinieran de otras personas, salvo las razo­  Al inquirirnos sobre lo que nos gustaba, sobre
                                                               cuáles eran las materias con cuyo conocimiento
                  nables provenientes de nuestros progenitores
                                                               habíamos disfrutado en el colegio, comprendi­
                  antes de la mayoría de edad.
                                                               mos que nos fascinaba la filosofía, la psicología,
                  A  los  quince  años  de  edad,  condicionados
                                                               la  lógica,  la  literatura,  la  historia,  el  arte.  En
                  por  la  familia  y  por  los  amigos  íntimos,  nos   cambio, las matemáticas no nos entusiasmaban,
                  preparamos, sin mayor reflexión, para ser inge­  excepto  la  aritmética  y  la  geometría  porque
            128   nieros. Durante todo el último año de estudios   logramos comprender que nos eran útiles para
            ADVOCATUS   academia de preparación para el ingreso a la Es­  gonometría desde que nadie, ningún profesor,
                  escolares acudíamos, después de clases, a una
                                                               la vida, lo que no sucedía con el álgebra y la tri­
                                                               nos explicó la razón de su estudio ni tampoco
                  cuela de Ingeniería, que así se llamaba en aquel
                  entonces la actual Universidad de Ingeniería. Se
                                                               Durante nuestra vida escolar, además, las más
                  nos decía al comienzo de la década de los años  lo  pudimos  descubrir  por  nosotros  mismos.


           192    C  a  r l o  s    F  e  r n  á  n  d  e  z    S  e  s s a  r e  g  o
   190   191   192   193   194   195   196   197   198   199   200