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INVITACIÓN EN EL
ilustra de una manera sencilla esa transfor-
mación. -Con el padre García vino la variación.
Un día me dijo: “¡Inesita, ya viene el cambio
de música y ¡Ay! de lamento no ha de haber. La
misa la vamos a dar en español y no en latín.
Como era bien bromista, recuerdo que en un tono
bien jocoso manifestó, si nos hallan cantando
en latín, nos van a llevar presos”.
Con el Concilio Vaticano II (1962-65) se
modificó el acto litúrgico. La misa ya no se
administró en latín, sino en la legua nativa –
en nuestro caso el español-, el párroco de estar
mirando a Cristo en la cruz, pasó a mirar a los
fieles y se difundió la lectura de la palabra de
Dios entre los feligreses.
La iglesia dejaría de ser sólo de los sacer-
dotes, sería de laicos que pasan de espectadores
a líderes de movimientos, obras pastorales y
ministerios en sus parroquias. Las estolas de
los sacerdotes decoradas con el árbol de la vida
fueron sustituidas por el signo de amor y paz
de esa década.
José Roberto Díaz, al hablar sobre esos cam-
bios, señala que en la iglesia de Armenia se
quitó la valla del altar mayor, una división
de madera. “Hoy -asegura-, la gente puede
entrar al Sagrario. Antes del Concilio, no podía
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PROGRAMA DE LAS FIESTAS
AL CARNAVAL DEL COMITÉ
PRO-RECONSTRUCCIÓN DE
LA IGLESIA PARROQUIAL
EL PADRE WALTER CON MOTIVO
DE LOS FESTEJOS PATRONALES DE
LA SEÑORA DE SANTA ANA, SIENDO
PÁRROCO DE ARMENIA, PRONUNCIÓ
LA HOMILÍA DE LA MISA SOLEMNE.
LUEGO CON UN GRUPO DE JÓVENES
SACERDOTES EN LA RESIDENCIA
EPISCOPAL INTERCAMBIÓ IMPRESIONES
CON EL PRESIDENTE DE ESA ÉPOCA
GENERAL CARLOS HUMBERTO ROMERO,
EN EL EXTREMO IZQUIERDO
penetrar nadie, solamente el sacerdote; inc-
luso el púlpito era intocable. Anteriormente la
comunión se recibía en la boca, en un ejercicio
de humildad, ahora se proporciona en la mano”,
afirma.
Igual las normas para confesar y confesarse.
Una práctica originada en la edad media, cam-
bió. La casita “Chiquita”, donde se ubicaba
el padre y escuchaba al penitente a través de
una ventanita “canaleada”, no fue más. De una
posición anónima de los fieles pasó a un dialogo
en una banca de la Iglesia.
Inés Cortez, con respecto a la música y en