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“Los dos –subraya-, colocaban cada uno en sus         si eran 100 mil colones, lo sentí barato. Aún
        tiendas, enormes parlantes y perifoneaban la          más me daba condiciones de pago, pero no me
        excelencia de sus productos; en un afán de atraer     animé”, declara.
        compradores. Fue tal la lucha que Toño empezó            Sin desmayar en su intento, insistió en la
        a perder clientela, pues Santos quizá era mejor       búsqueda de comprador. Y, lo encontró. En
        negociante y daba los productos más baratos.          marzo de 1964, llegó a los oídos de Mauricio
        La gente lo prefirió a él,” afirma.                   Contreras la oferta de Portillo y cerraron el
           Además, con sus grandes parlantes apoyaba          negocio.
        las inquietudes musicales de la ciudad. Por esas         Mauricio, refiere. “Mi mamá Orbelina, puso
        bocinas cobró fama el conjunto musical “Méx-          un comedor y nos instalamos en ese lugar. A la
        ico” y su director y compositor, Juan Antonio         par le alquilábamos a Flores, dueño de “La Foto
        Ayala Calderón, famoso por su composición             Flores”. Sobre la estructura de la propiedad
        bolero-tango. “Mi inspiración”, cuya fama lo          detalla: “tenía su salón grande, una sección
        llevó a ejecutar delicadas melodías en la radi-       tenía el comedor y la cocina de mi madre y un
        odifusora de Sonsonate Y. S. C B. “La Voz del         ala de tres metros por diez; a continuación la
        Pacifico”.                                            zona donde tenía mi mamá mesas de comedor.
           Ambos tenderos tenían cosas en común y             Con el tiempo al inmueble se le hicieron algunas
        otras que los diferenciaban. Nacieron en el           modificaciones mínimas. Las vitrinas siempre
        campo, Santos en los Lagartos y Antonio en el         estaban allí. Se mantuvieron, no se hizo mayores
        cantón el Rosario. Uno tenía experiencia en el        arreglos”, subraya.
        comercio y el otro era académico; físicamente            José Antonio, por esos mismos días compró
        José era bajito, gordito, moreno, cara redonda        el solar del “Compinche” y construyó una casa
        y lampiño, excelente servidor social y mece-          con fachada moderna, donde vivió hasta 1969,
        nas del deporte. A Agustín, de tez blanca, bien       año en que partió a  San Salvador y nunca volvió
        parecido y barba abundante le gustaba ayudar a        al portal.
        la gente. A los dos los unía su arrojo y garra para      El portal, a los pocos años cambió de dueño.
        las ventas. Ese era el perfil de éstos mayoristas     Según Mauricio, “en los años setenta las cosas
        de las décadas sesenta y setenta en Armenia.          en Armenia comenzaron a ponerse feas. Vino
           Pero, en la vida no siempre se camina en línea     la muerte de Eduardo Flores, Alcalde en esa
        recta. A veces hay curvas que no se pueden            época, muy allegado a mi familia. Lo mataron
        esquivar. Con los años los dos, como en un            cuando salía del comedor de mi madre. La
        partido de futbol, se fueron al descenso. No          tragedia nos impactó y las condiciones se
        por malos negocios, sino por incidentes que           volvieron difíciles, ya no se podía vivir en el
        no tenían en su agenda, o como se dice popu-          pueblo, así,  en 1979 vendí mi parte del portal”,
        larmente “por la mala cabeza”.                        agrega.
           José Antonio, fue el primero en salir de la           Santos Agustín, se alejó de ese local contiguo
        escena. Atribulado por problemas emocio-              al portal, según testimonios de personas que
        nales, perdió interés en el negocio y comenzó         lo conocieron, en parte porque le encantaba
        a ofrecerlo en venta. César Morán, uno de sus         el “lujo” y lastimosamente tenía un ejemplo a
        vecinos y recién llegado a Armenia, cuenta que        imitar con quien no podía competir, con Rubén
        un día mientras cruzaba la calle y luego de un        Alfonso Rodríguez, conocido como el “Chele”
        saludo, para su sorpresa escuchó:- “Don Cesar,        Juayúa, quien tenía una finca en las afueras
        por qué no se queda con esa casa”, mientras con       de Armenia y era Presidente de la Asamblea
        el dedo señalaba el portal.                           Legislativa de esa época. Los dos eran amigos.
           César, apenas comenzaba con su tienda de              “Si veía que Rodríguez, compraba un Mer-
        electrodomésticos y bastante impactado por            cedes Benz, buscaba cómo comprarse uno igual.
        el ofrecimiento contestó: “¡Don Toño, pero            Adquirió una finca que lindaba con La gloria,
        si yo no tengo plata! El precio-agrega-, no sé        propiedad del Chele. Con su familia se daba


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