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BOSQUEJO DE LA
FACHADA DEL CINE REY,
ABAJO EN LA ACTUALIDAD

Funes. El inmueble lo
negoció con su heredera,
Melida Quezada. Rodeado
de ventanas y una hermosa
acera; el diseño del inmue-
ble, más que ornamentado,
tenía rasgos prácticos.
En el área que antes
dividía a los dos portales,
se construyó una her-
mosa sala de cine muy bien
diseñada para la época.
Desde 1953, cuando llegó
Luis Flores y su hermano a insta-
lar el cine Lux, no se contaba con
un local cinematográfico mod-
erno. A partir de esa década los
reclamos de la población, de
un edificio, seguro, cómodo e
higiénico, eran constantes. El
descontento era tal que despec-
tivamente le llamaban a ese cin-
ematógrafo, “el pulgoso”.
Jorge Sedán, un empresario
sonsonateco, que no se perdía
ninguna fiesta novembrina; en
la de 1964, ya con sus “wiskitos”,
mientras paseaba por el parque del
brazo de una hermosa mujer, miró el predio, y un sonido que con su hechizo agigantó la
donde una vez estuvo la farmacia de Lazo, y espectacularidad de las películas de vaqueros
dijo: Aquí voy a hacer otro cine”. El cine “Rio”, y de Sean Connery, como el Agente OO7.
de su ciudad natal, era de su propiedad. Ese sonido y el formato, hicieron posible que
A principios de 1965 y en medio de la solem- los jóvenes del pueblo de esa época se traslada-
nidad de la Semana Santa, proyectó la super- ran al área rural de New York, Bethel; con la
producción “Rey de Reyes”. La nueva sala, no película Woodstock, donde en la tranquilidad
sólo era confortable, sino que permitió una de una granja, varios músicos fundieron sus
puesta al día con las nuevas técnicas cine- instrumentos durante tres días de amor y paz.
matográficas. Se amplió el campo de visión, El público, en algunos pasajes de la película
el formato se ensanchó y proporcionó la expe- se identificó con sus imágenes y se entregó en
riencia de estar en los lugares con el Cinemas- cuerpo y alma, se paraban sobre los asientos
cope, el Vista visión, Cinerama, Warner color del cine Rey y se escuchaban golpes.

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