Page 139 - Cementerio de animales
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hubieran podido llevarme. Supongo que pensó que Stanny B. era el único que estaba
lo bastante loco como para hacerlo.
—¿Le preguntaste por qué no te había llevado "él", Jud?
—Sí; durante nuestra larga conversación de aquella noche se lo pregunté, y él me
dijo que era un lugar malo, muy malo, y que casi nunca le hacía bien ni a la gente que
había perdido a su animal ni al animal. Me preguntó si me gustaba "Spot" tal como
estaba y, Louis, me costó mucho trabajo contestar a esto… Y tengo que decirte lo que
yo sentí entonces, porque tú vas a preguntarme ahora por qué te llevé allí si sabía que
el sitio era malo, ¿no?
Louis asintió. ¿Qué pensaría Ellie de Church cuando regresara? Aquella tarde,
mientras jugaba con Steve Masterton, no podía pensar en otra cosa.
—Quizá lo hice porque a los niños les conviene saber que a veces es preferible la
muerte —dijo Jud lentamente—. Eso es algo que tu Ellie ignora, seguramente porque
su madre lo ignora también. Dime que estoy equivocado y lo dejamos.
Louis abrió la boca y volvió a cerrarla.
Jud siguió hablando muy despacio, pasando de una palabra a otra como pasara la
víspera sobre las ondulaciones del pantano.
—Lo he visto varias veces en el curso de los años —dijo—. Me parece que ya te
conté que Lester Morgan enterró allí arriba su toro campeón. Era de raza black angus
y se llamaba "Hanratty". ¿No crees que es un nombre ridículo para un toro? Murió de
una úlcera interna, y Lester lo subió hasta allí en un trineo. No sé cómo pudo llegar,
ni me explico cómo pasaría el montón de troncos. Pero dicen que querer es poder, y
por lo que respecta a ese cementerio, creo que es verdad.
»Bien, "Hanratty" volvió, pero Lester le pegó un tiro a las dos semanas. Aquel
toro se volvió malo, realmente malo. Que yo sepa, es el único animal al que le pasó
eso. La mayoría parecen sólo… un poco tontos…, un poco… lentos…, un poco…
—¿Un poco muertos?
—Aja. Un poco raros. Un poco muertos. Como si hubieran estado en algún sitio y
no hubieran vuelto del todo. Pero tu hija no sabe nada, Louis. No sabe que al gato lo
mató un coche y luego volvió. Y tú me dirás que a una criatura no se le puede enseñar
una lección si ella no sabe lo que tiene que aprender. Aunque…
—Aunque a veces sí se puede —dijo Louis, hablando más consigo mismo que
con Jud.
—Sí; a veces sí se puede. Ella notará algo. Se dará cuenta de que Church estaba
mejor antes. Tal vez aprenda algo sobre el carácter de la muerte, que es allí donde
termina el dolor y empiezan los buenos recuerdos. Que no es el final de la vida, sino
el final del dolor. No tienes que decirle esas cosas. Ella sola las descubrirá.
»Y, si se parece a mí, seguirá queriendo a su animalito. El gato no se volverá
malo, ni morderá, ni nada de eso. Ella seguirá queriéndole… y sacando
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