Page 150 - Cementerio de animales
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Church cayó pesadamente. Las patas traseras se le doblaron y quedó agazapado
en el suelo. Lanzó a Louis una mirada verde que parecía estar cargada de hostilidad,
se levantó y se alejó con paso de borracho.
«Caray, Jud —pensó Louis—, ¿por qué no te callaste?»
Se fue al fregadero y se lavó las manos y los antebrazos restregando
vigorosamente, como para una operación. «Lo haces porque algo se apodera de ti…
Las razones te las inventas…, se te antojan lo bastante buenas… Lo haces porque
quieres…, pero sobre todo porque ese cementerio es un lugar secreto… Y tú quieres
compartir con alguien ese secreto…»
No; no podía reprocharle nada a Jud. Él fue por su propia voluntad, y no podía
echarle la culpa a Jud.
Cerró el grifo y empezó a secarse. De pronto, la toalla se inmovilizó y él se quedó
con la mirada fija en el trozo de noche enmarcado en la ventana situada encima del
fregadero.
«Entonces, ¿se ha apoderado también de mí ese lugar? ¿También es mío ahora?»
«No, si yo no lo consiento.»
Colgó la toalla y subió a su habitación.
* * *
Rachel estaba en la cama, con el edredón hasta la barbilla y Gage a su lado, bien
arropado. Ella miró a Louis con aire contrito.
—¿Te molesta, cariño? Sólo por esta noche. Estaré más tranquila si lo tengo a mi
lado. Está ardiendo.
—De acuerdo —dijo Louis—. No te preocupes. Dormiré abajo, en el sofá-cama.
—¿De verdad no te importa?
—No; a Gage no le hará ningún daño, y si tú estás más tranquila… —Hizo una
pausa y sonrió—. Pero te contagiará el virus, eso casi puedo garantizarlo, aunque no
creo que sirva de algo.
Ella sonrió a su vez moviendo la cabeza.
—¿Qué le pasaba a Ellie?
—Quería que me llevara a Church de su habitación.
—¿Ellie quería que te llevaras a Church? Ésa sí que es buena.
—Sí —convino Louis, y añadió—: Dice que huele mal, y, desde luego, el bicho
está fragante. Se habrá revolcado en algún montón de estiércol.
—Qué lástima —dijo Rachel, poniéndose de lado—. Yo diría que Ellie echaba de
menos a Church casi tanto como a ti.
—Humm-humm. —Louis la besó suavemente en los labios—. Que duermas bien,
Rachel.
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