Page 331 - El Misterio de Salem's Lot
P. 331

satisfecho,  porque  volvió  a  atender  a  Mark.  —¿Tú  sabes  cuál  es  la  tarea  más
           importante? —Sí — respondió Mark—. Matar a Barlow. Matt sonrió débilmente.
               —Me  temo  que  eso  es  planear  las  cosas  al  revés.  Primero  tenemos  que

           encontrarle. — Miró al chico—. ¿Esta noche no viste algo, no oíste, oliste o tocaste
           algo que pudiera ayudar a localizarlo? ¡Piénsalo antes de contestar! ¡Tú sabes mejor
           que nadie la importancia de esto!

               Mark reflexionó. Ben no había visto jamás que nadie se tomara una orden tan al
           pie de la letra. Apoyó el mentón en la palma de la mano y cerró los ojos. Daba la
           impresión  de  estar  recorriendo  minuciosamente  hasta  el  último  detalle  de  la

           experiencia de esa noche.
               —Nada —dijo por fin, sacudiendo la cabeza, después de abrir los ojos y mirar por
           un momento a sus acompañantes.

               Pese a la decepción que se reflejó en su cara, Matt no cejó.
               —¿Una  hoja  pegada  en  la  chaqueta,  tal  vez?  ¿Un  poco  de  césped  en  los

           pantalones? ¿Barro en los zapatos? ¿Algún hilo que le colgara? —Con un gesto de
           impotencia,  aporreó  la  cama.  Por  Dios  santo,  ¿es  posible  que  no  tenga  un  punto
           débil?
               De pronto, los ojos de Mark se dilataron.

               —¿Qué? —preguntó Matt, cogiéndole por el codo—. ¿Qué es? ¿De qué te has
           acordado?

               —Tiza azul —dijo Mark—. Cuando me rodeaba el cuello con el brazo, pude ver
           su mano. Tenía los dedos largos y blancos, y en dos dedos tenía manchas de tiza azul.
               —Tiza azul —repitió pensativamente Matt.
               —Debe de ser en algún colegio —conjeturó Ben.

               —El instituto no es —objetó Matt—. Toda la tiza se le compra a la compañía
           Dennison, de

               Portland, y ellos sólo fabrican blanca y amarilla. Hace años que la llevo en la ropa
           y los dedos.
               —¿Y las clases de arte?—preguntó Ben.
               —No, en la secundaria no se dictan más que artes gráficas, y allí usan tintas, no

           tizas. Mark, ¿estás seguro de que era...?
               —Tiza—asintió el chico.

               —Creo que algunos profesores de asignaturas científicas usan tizas de colores,
           pero, ¿qué lugar para esconderse tendría en el instituto? Tú lo viste... es un solo piso,
           y todo de cristal. Y entra y sale gente todo el día. Lo mismo pasa con el sótano de las

           calderas.
               —¿Y detrás del escenario?
               Matt se encogió de hombros.

               —Ahí  está  bastante  oscuro.  Pero  si  la  señora  Rodin  me  ha  sustituido  y  están




                                        www.lectulandia.com - Página 331
   326   327   328   329   330   331   332   333   334   335   336