Page 48 - La iglesia
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—No  me  parece  mal  —se  defendió  el  párroco⁠—,  pero  también  soy

               matemático, así que creo en otras cosas aparte de Dios: la casualidad, el tesón,
               el empirismo, el libre albedrío, la ciencia…
                                                                            ⁠
                    —¿Y  quién  ha  creado  todas  esas  cosas?  —Félix  se  respondió  a  sí
               mismo⁠—. Dios.

                    Ernesto se dijo que no tenía sentido iniciar una discusión teológica con su
               ayudante, y menos con todo el trabajo que tenían por delante. A lo largo de su
               carrera eclesiástica se había enfrentado a muchos religiosos dogmáticos, y la
               experiencia le había enseñado que es muy difícil imponer la razón a quienes

               están cegados por la fe.
                    —Vamos a la sacristía —dijo, dando por zanjado el tema.
                    Detrás de él, Félix esbozó una sonrisa triunfal que Ernesto no vio. Antes
               de empezar a curiosear como chiquillos en el desván de una vieja mansión, el

               joven sacerdote señaló la colección de fotos de Papas que adornaba la parte
               superior de la pared.
                    —¿No echas de menos a nadie?
                    Ernesto examinó las fotografías. No tardó en descubrir quién faltaba.

                    —Pablo VI. Y no hay hueco en la pared para él —⁠observó.
                    —Eso  es  porque  nunca  lo  pusieron,  y  creo  saber  por  qué:  Pablo  VI
               eliminó a San Jorge del santoral católico durante su pontificado, relegándolo a
               la iglesia ortodoxa.
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                    —Te  has  documentado  a  fondo  para  impresionarme,  ¿eh?  —le  picó
               Ernesto.
                    —Lo  sé  desde  el  seminario  —⁠rezongó  Félix,  satisfecho  de  haberse
               apuntado el tanto.

                    —Lo tienes fresco, acabas de salir de él. Además, seguro que yo andaba
               liado  con  los  logaritmos  neperianos  el  día  que  explicaron  eso.  Ya  puestos,
               ¿por qué borró Pablo VI a San Jorge del mapa?
                    —No  lo  sé  —reconoció—.  Tal  vez  vio  algo  en  él  que  no  le  gustó.  Lo

               mismo San Jorge no era trigo limpio… o puede que le cayera gordo por ser
               sajón. —⁠Mientras hablaba, enderezó con delicadeza el marco de la foto de
                              ⁠
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               Juan Pablo I—. Hay que ver lo poco que duró este pobre. —Se besó la punta
               de los dedos y depositó el beso en la frente del pontífice, que sonreía detrás de
               sus gafas de montura metálica; a continuación, se enfrentó al desorden de la
               sacristía  con  los  brazos  en  jarras⁠—.  Bueno,  tú  eres  el  jefe.  ¿Por  dónde
               empezamos?









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