Page 31 - JESÚS — UN MAESTRO VERDADERAMENTE DEFINITIVO
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JESÚS — UN MAESTRO VERDADERAMENTE DEFINITIVO

                  rechazando el control de Dios, ¡el infierno es el destino! Jesús, el Maestro por excelencia, usó la
                  palabra ¡y así deben usarla todos los fieles maestros de la voluntad de Jesús!

                  (4) Él habló claro y directo acerca del horror de ese lugar. Cinco veces habla de éste como un
                  lugar donde «el fuego no se apaga» (vv. 43, 44, 45, 46, 47). Entonces está hablando acerca de
                  una región eterna, la cual en Mat. 25:46 es vista como «el castigo eterno». Aquellos que por su
                  manera de vivir sean enviados allí, entrarán a un lugar de horror, visto en términos diseñados
                  para sacudir la mente de cualquier hombre. Densa oscuridad, el lugar de lloro y crujir de dientes,
                  ¡un lugar de tormento con fuego! Los impíos, dice Juan, tienen «su herencia en el lago que arde
                  con fuego y azufre, que es la muerte segunda» (Apo. 21:8). Jesús fue claro al hablar de la
                  existencia de ese lugar y con respecto al horror de estar allí. Allí hay fuego y un lugar para esos
                  hombres  que  desprecian  la  Palabra  de  Dios,  y  que  ahora  se  dan  una  vida  de  descontrol,
                  autocomplacencia y pecado.

                  (5) Finalmente, Jesús fue claro y directo acerca de la permanencia de ese lugar de tormento.
                  Además del «fuego que no se apaga», Él usa la terminología «el gusano de ellos no muere» (vv.
                  44, 46, 48). Esta expresión tiene un trasfondo en el Antiguo Testamento, Isa. 66:24. Se dice allí
                  que los transgresores se encontraban en el estado de sus cadáveres, y el profeta dijo: «porque
                  su gusano no morirá, ni su fuego se apagará». Ahora nuestro Señor usa el mismo lenguaje para
                  indicar cómo los hombres desobedientes son separados finalmente de Dios, es una separación
                  permanente. El fuego de la región eterna nunca se extingue, y allí se mantendrá esa parte de la
                  humanidad, con sus sentimientos, sus recuerdos, etc.—la existencia continúa, pues «el gusano
                  de ellos no muere». Un gusano se retuerce, ¡y se retorcerán aquellos hombres cuando la Palabra
                  de Dios, y la advertencia de la condenación eterna, se cumplan ante sus ojos en los términos
                  que Jesús usó!

                  Nuestro  mundo  y  nuestra  hermandad  cada  vez  se  caracterizan  más  por  un  creciente
                  agnosticismo. En lo que llevamos de vida hemos visto cómo la gente rechaza la clara enseñanza
                  de la Biblia. Y el crimen de estos muchos que actúan así es que rechazarán esa enseñanza y todas
                  las demás ¡mientras se llaman a sí mismos «cristianos» y hablan continuamente de la devoción
                  al Señor! Algunos de aquellos que afirman tener lealtad al Señor son los mismos que evitan
                  palabras tales como «ofender a Dios, pecado, tormento, infierno». Que sepan ellos, y lo sepamos
                  todos, que Jesús, la esencia misma del Padre, y la esencia del amor, habló tan directa, franca y
                  claramente acerca del INFIERNO, ¡y de aquellos que irán allí! Él era el Maestro por excelencia, el
                  Maestro de los predicadores. Nosotros, si queremos escapar de ese horror que es el infierno,
                  ¡tenemos que ser tan claros y directos como Él lo era! ¡Nunca nos preocupemos por cómo se
                  sienten los hombres, ni mucho menos de lo que ellos quieren oír, de lo contrario perderemos
                  esa  característica  de  la  predicación  clara  y  directa  basada  en  la  Biblia!  Si  los  maestros  y
                  predicadores de nuestro tiempo se apartaran del énfasis bíblico, en todo lo que la Biblia tiene
                  que decir, ¡es un hecho que el infierno esperaría ansioso por ellos!












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