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JESÚS — UN MAESTRO VERDADERAMENTE DEFINITIVO
Mucha de la predicación y enseñanza que se presentan hoy en día son insípidas y «se anda con
rodeos». Es demasiado generalmente y no lo suficientemente específica. Los hombres que
predican así eran llamados «predicadores de los guantes de seda» en los tiempos de la
Restauración. La razón por la que no tenían una cruz que llevar era porque no tenían un Mensaje
completo para compartirlo. Ellos dejan que otros lleven la cruz porque no quieren sufrir la
derrota. Ellos son marionetas en las manos de otros hombres. Quizá sería más preciso decir que
los predicadores ambiguos son marionetas en las manos del maligno.
¿Qué significa llevar la cruz de Jesús? A veces significa que los «amigos» nos darán la espalda. A
veces significa que uno va a quedarse solo por causa de Cristo. A veces significa que uno va a
perder el medio de ingresos de toda una vida. A veces significa que estaremos en la mira de los
demás, y no para bien. A veces significa que nuestros hijos recibirán burlas y maltratos. A veces
significa resistir al más cercano pariente o el más querido amigo, a causa de la verdad. Algunas
veces significa que los demás juzgarán tus motivos en lugar de tus obras. Puede significar que
uno intentará decir la verdad, pero la gente no querrá escuchar. Algunas veces significa
humillación y discriminación. Algunas veces significa que no te invitarán a predicar ni a dar
conferencias. Puede significar que uno es el chivo expiatorio y los hombres le echarán toda la
culpa y lo enviarán al desierto. Puede significar que va a trabajar diecisiete horas diarias para ver
avanzar la causa de Cristo. Puede significar que le tocará «hacer tiendas» para llevar el sustento
a la mesa. A veces significa dejar de comprar víveres por una semana por falta de fondos. A veces
significa manejar un auto viejo porque la causa del Señor es primero. A veces significa no tener
un ahorro para la vejez porque nos desprendemos de ganancias para invertir en la causa de
Cristo. A veces significa que uno tendrá que marcharse de una congregación que no predica la
verdad. Esto algunas veces significa que la gente dirá cosas de usted que no son ciertas. A veces
significa noches de lágrimas y aflicción. A veces significa sacrificar hasta el último centavo. A
veces significa caminar con la frente en alto, pero con el corazón doliente y sangrando. A veces
significa sufrimiento y muerte física. Cuando pienso en estas cosas me provoca subir a un lugar
muy alto y recordarles a todos los cristianos de qué se trata eso: «¡ESTO ES LA GUERRA!»
Nuestra exhortación es: «¡Luchen! ¡Oh hombres de Dios! ¡Levanten Su estandarte real!».
¿Cuánto animamos a otros a batallar por el Señor Jesús? Hasta que las estrellas caigan del cielo;
hasta que se sequen los ríos; hasta que el sol deje de brillar; hasta que los océanos dejen de ser;
hasta que la tierra quede deshabitada, hasta que suene la trompeta de Dios; ¡hasta que venga
Jesús! Que todos los que llevan el nombre de Cristo se gloríen en la cruz (Gál. 6:14).
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