Page 52 - JESÚS — UN MAESTRO VERDADERAMENTE DEFINITIVO
P. 52
JESÚS — UN MAESTRO VERDADERAMENTE DEFINITIVO
Lección 21
«…nadie viene al Padre sino por mí»
(Juan 14:6)
Introducción
(1) Algunas observaciones generales. Como con los milagros del Señor (Jn. 20:25), no todas las
palabras que habló nuestro Señor mientras estuvo aquí en la tierra se registraron en los relatos
de los evangelios (Hch. 20:35). Sin embargo, de esos maravillosos mensajes que se registraron
para nosotros, no hay ninguno más ilustrativo que Juan 14:6 en cuanto a cuán decisivo, definitivo
y exigente era nuestro Señor en su enseñanza.
(2) El texto y su contexto. Juan 14:6 dice, «Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida;
nadie viene al Padre sino por mí». Estas constituyen algunas de las palabras introductorias de
Jesús en el discurso de despedida para Sus discípulos. El discurso completo está registrado en
los capítulos 14 al 16. Este se dio en Jerusalén la tarde antes de Su crucifixión. El discurso estaba
dirigido a los apóstoles (Jn. 13:35, 37; 14:5, 8, 22).
(3) Algunas lecciones generales que se extraen del texto. (a) Las palabras compasivas y las
palabras categóricas no son antitéticas. En el mismo contexto en el cual el Señor habló las
palabras que estamos discutiendo, también dijo lo siguiente: «No se turbe vuestro corazón...En
la casa de mi Padre hay muchas moradas… voy a preparar un lugar para vosotros. Y si me voy
y preparo un lugar para vosotros, vendré otra vez y os tomaré conmigo; para que donde yo
estoy, allí estéis también vosotros» (Jn. 14:1-3). De acuerdo con esto, cuando los predicadores
del evangelio trazan la línea entra la verdad y el error, siendo definitivos y categóricos en su
enseñanza, no debemos señalarlos como gente dura, sin amor y exclusiva. Como hizo el Señor
en el texto presente, debe haber un feliz balance entre consolar y convencer. (b) Nuestro Señor
solía dividir al hombre en dos categorías. Ese es el caso en nuestro texto presente. El texto
implica que hay quienes aceptan las afirmaciones de nuestro Señor y ajustan sus vidas a ese
hecho, y hay quienes no lo harán. La primera clase viene al Padre mientras que la segunda nunca
es tan privilegiada. Sí, dos clases. ¿No dividió el Señor a los hombres en una u otra de las
siguientes categorías? A saber: ovejas o cabritos (Mat. 25:31-46), trigo o cizaña (Mat. 13:36-43),
los que caminan por la senda estrecha y el camino angosto o los que entran por la puerta ancha
y el camino espacioso (Mat. 7:13-14), los que están listos o los que no están preparados (Mat.
25:1-13), los buenos o los malos (Jn. 5:28-29), la casa de Dios o aquellos que no obedecen el
evangelio (1 Pe. 4:17), etc. (c) El camino del Señor era singular. En el texto, nuestro Señor no
está afirmando que Él es uno de los muchos caminos, o que es una de las muchas fuentes de la
verdad, o que es una de las muchas fuentes de la vida. En cambio, Él es el único y solo camino,
la única y sola verdad, y la única y sola vida. Al hacer esta afirmación, ¿nuestro Señor se
comportaba de una manera desagradablemente egocéntrica, intolerante y tiránica? ¿Era mala
Su actitud? ¿No le importaban las personas? ¿Estaba alejando a la gente? ¿Debe rechazarse su
afirmación exclusiva porque ésta significa que la mayoría de las personas en el mundo están
perdidas? (Según este texto, infieles de una gran variedad de clases, judíos, adoradores de las
religiones orientales, religiosos que niegan la deidad del Señor—como los Testigos de Jehová,
por ejemplo—a menos que cambien, no podrán ser salvos). (d) Nuestro texto implica que el
51