Page 54 - JESÚS — UN MAESTRO VERDADERAMENTE DEFINITIVO
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JESÚS — UN MAESTRO VERDADERAMENTE DEFINITIVO
III. Ya que Jesús es «la vida», sin Él estamos muertos.
Juan había escrito previamente acerca de Él: «En Él estaba la vida, y la vida era la luz de los
hombres» (Jn. 1:4). Cristo mismo afirmó: «Yo he venido para que tengan vida, y para
que la tengan en abundancia». También le dijo a Marta: «Yo soy la resurrección y la vida; el
que cree en mí, aunque muera, vivirá, y todo el que vive y cree en mí, no morirá jamás» (Jn.
11:25-26). De acuerdo con esto el pecador, sin Cristo, está muerto (Ef. 2:1, 5; 5:14; 1 Tim. 5:6;
Ro. 6:13; Col. 2:13; Apo. 3:1). Jesús no solamente es el origen de toda vida física (Gén. 1:26; Jn.
1:3-4), sino que es la sola y única fuente de la vida espiritual (1 Jn. 5:12; 4:9; Jn. 3:16-17; 6:48) y
de la vida eterna (1 Jn. 5:11).
Conclusión
Thomas A. Kempis, comentando Juan 14:6, observaba de manera hermosa: «Yo soy el camino,
la verdad, y la vida. Sin el camino no tenemos adónde ir; sin la verdad no hay conocimiento; sin
la vida no hay existencia. Soy el camino que deberías seguir; la verdad que deberías creer; y la
vida que deberías anhelar».
En el texto que acabamos de estudiar, Jesús amorosa pero categóricamente expresa nuestra
irrevocable, absoluta e inescapable dependencia en Él. Y nadie necesita estar «sin Él». Esto es
enfatizado en aquellos «con Él» que encontramos en Col. 2:3. Hemos «muerto con Cristo» (Col.
2:20), hemos sido «sepultados con Él» (Col. 2:12), «resucitados con Cristo» (Col. 3:1),
«escondidos con Cristo» (Col. 3:3), «completos en Él» (Col. 2:10), y un día seremos
«manifestados con Él en gloria» (Col. 3:4).
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