Page 59 - JESÚS — UN MAESTRO VERDADERAMENTE DEFINITIVO
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JESÚS — UN MAESTRO VERDADERAMENTE DEFINITIVO
Lección 24
«…no entraréis»
(Mat. 5:19-20)
Jesús dijo: «Cualquiera, pues, que anule uno solo de estos mandamientos, aun de los más
pequeños, y así lo enseñe a otros, será llamado muy pequeño en el reino de los cielos; pero
cualquiera que los guarde y los enseñe, éste será llamado grande en el reino de los
cielos. Porque os digo que si vuestra justicia no supera la de los escribas y fariseos, no entraréis
en el reino de los cielos» (Mat. 5:19-20).
«… no entraréis en el reino de los cielos» ¡es claro y va al punto! Existe el punto de vista erróneo
defendido por mucha gente, y lamentablemente tengo que decirlo, aun de la iglesia, de que
Cristo era tan «amoroso» que siempre se le describe como un absoluto pacifista. Ellos lo ven
como alguien que nunca se opuso al error, y que era ambiguo en su enseñanza y estilo de vida,
como alguien que siempre dejaba la impresión en las multitudes de que todos serían salvos, y
como alguien que nunca reprendió duramente—ni siquiera al más vil pecador. En pocas
palabras, ¡algunos parecen sostener que el Hijo de Dios tenía las convicciones de una «toallita
húmeda Kleenex»!
Yo me pregunto: Si Jesús era el tipo de predicador/maestro presentado por muchos hoy, ¿por
qué fue crucificado? Si Él era tal cual algunos lo describen y lo presentan hoy, ¿por qué el mundo
lo asesinó? La realidad del caso es: Cristo no era del mundo. Si Él hubiera sido del mundo, el
mundo lo habría amado (Jn. 7:7; 15:18-19). Fue crucificado pero no por decir cosas como:
«Considerad los lirios del campo…» (Mat. 6:28), sino por decir cosas como: «Escrito está: “Mi
casa será llamada casa de oración”, pero vosotros la estáis haciendo cueva de ladrones» (Mat.
21:13). No fue crucificado por decir: « Bienaventurados los de limpio corazón, pues ellos verán
a Dios» (Mat. 5:8), sino por decir: «¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas!, porque
limpiáis el exterior del vaso y del plato, pero por dentro están llenos de robo y de desenfreno»
(Mat. 23:25). La multitud no lo mató por decir: «Bienaventurados los que lloran, pues ellos
serán consolados» (Mat. 5:4), sino por decir: «Dejadlos; son ciegos guías de ciegos. Y si un ciego
guía a otro ciego, ambos caerán en el hoyo» (Mat. 15:12-14). Jesús era muy incisivo en Su
predicación.
Cristo no pretendía estar bien con todas las partes, no era ambiguo, no cometía equívocos, eran
muy definido en Su vida y enseñanza. Estos son unos cuantos ejemplos de esto: (1) Su actitud
hacia los niños (Mat. 9:37), (2) Amigos (Jn. 15:15), (3) Obediencia (Mat. 12:50; Jn. 7:17), (4)
Oración (Lc. 9:29; Jn. 17:20-21; Lc. 23:34), (5) Obra (Jn. 4:34; 5:36; 9:4; 17:4; 19:30), (6) Nueva
vida (Jn. 3:3; 5:24; 6:23; 12:24; 14:12), y (7) Los falsos maestros (Mat. 23:15).
En todo Cristo era amoroso pero firme. Algunos quieren lograr que creamos que si somos firmes
enseñando la verdad y rehusamos comprometerla, entonces no tenemos amor. ¡Pero ese no es
el caso! Debe haber de la predicación «Considerad los lirios del campo», pero también debe
denunciarse la impiedad. El pecado se instala a sus anchas en la iglesia, ¡en toda la hermandad!
Amados, ustedes saben que estoy diciendo la verdad. ¿Cuándo fue la última vez que predicaron
acerca de Gálatas 5:19-20—o escucharon a alguno predicando este pasaje?
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