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JESÚS — UN MAESTRO VERDADERAMENTE DEFINITIVO

                                                      Lección 23

                                    «…si alguno entra por mí, será salvo»


                                                   (Juan 10:9-11)




                  «Yo soy la puerta; si alguno entra por mí, será salvo; y entrará y saldrá y hallará pasto. El
                  ladrón sólo viene para robar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para
                  que la tengan en abundancia. Yo soy el buen pastor; el buen pastor da su vida por las ovejas»
                  «Alguien podría llamar a esto intolerancia extrema si quiere, pero esta es la intolerancia de la
                  verdad… Si Jesús es el Hijo de Dios enviado al mundo para nuestra salvación, Él es el único
                  camino—Esto es de un desagradable sabor para los dogmatistas religiosos que Él tiene enfrente
                  como lo es para los dogmatistas liberales de hoy» (A. T. Robertson, Word Pictures in The New
                  Testament,  p.  177).  «Cuando  los  discípulos  fieles  defienden  su  enseñanza  hoy  estos  son
                  estigmatizados como dogmatistas liberales y religiosos intolerantes. Cualquier interpretación
                  adecuada de estas palabras de nuestro Señor (Juan 10:9) va a dejar claro que cualquier líder
                  religioso que ofrezca a los hombres otra salvación que no esté en completa armonía con la
                  enseñanza de Cristo es un ‘ladrón y engañador’. ¡Cuán larga se ha hecho la lista!» (Guy. N.
                  Woods, Commentary On The Gospel According To John, p. 207).

                  Dicho de manera simple, Jesús hizo la afirmación—la afirmación exclusiva—de que Él es quien
                  pone los términos de admisión al reino de los cielos. Además, en realidad es Él quien dicta cada
                  requisito  específico  que  deben  cumplir  aquellos  que  quieren  ser  salvos;  y  Él  detalla
                  minuciosamente la calidad moral de aquellos que intentarán diluir su estricta y precisa fórmula.
                  En otro contexto alguien ha dicho acerca del Maestro:

                  «Él  es  ‘nuestro  Señor  y Salvador  Jesucristo’.  Entonces,  ¿cuáles son  las  implicaciones  de  este
                  reconocimiento a Jesús como Maestro y Señor?

                  Por supuesto que todos están de acuerdo en que Jesús de Nazaret era un gran maestro, y muchos
                  se atreverán a ir más lejos y decir como Nicodemo que es uno que “ha venido de Dios como
                  maestro”.  Además,  una  de  las  características  más  impresionantes  de  Su  enseñanza  era  la
                  autoridad  con  la  cual  la  presentaba.  No  tarareaba,  no  tartamudeaba  ni  titubeaba.  Nunca
                  hablaba tentativamente, tímidamente o como quien se disculpa por lo que dice. No. Él sabía lo
                  que quería decir, y lo decía con tranquilidad y un dogmatismo simple. Era esto lo que tenía a la
                  gente tan impresionada. Cuando le escuchaban, leemos que: “las multitudes se admiraban de su
                  enseñanza; porque les enseñaba como uno que tiene autoridad”» (John R. W. Stott, Christ The
                  Controversialist, p. 210 énfasis añadido).

                  Es una bochornosa exhibición de ignorancia bíblica, de incompetencia intelectual o de descarada
                  deshonestidad que alguien sugiera a la luz del texto que (1) el Señor no quiso decir lo que dijo o
                  que, (2) nadie puede tener el conocimiento de cuál era la intención real del Maestro. Estos
                  versículos dan por establecida la exclusividad del Señor y su «camino» a un estado donde Él
                  provee  para  las  necesidades  de  Sus  «ovejas»,  lo  cual  ciertamente  incluye  la  salvación.
                  Adicionalmente, el pasaje muestra que solamente las ovejas que han entrado por el camino del
                  Señor tendrán estas y todas las demás provisiones prometidas. Además, este pasaje condena
                  como asesinato la acción de los ladrones que con arrogancia proponen «planes alternativos de


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