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JESÚS — UN MAESTRO VERDADERAMENTE DEFINITIVO

                         3. No hay mensaje medio entre el evangelio y la falsa doctrina. O uno cree y obedece el
                         evangelio  de  Cristo  o  creerá  y  obedecerá  alguna  falsa  doctrina,  sea  el  ateísmo,
                         agnosticismo o alguna otra doctrina religiosa humana.

                                (1) Jesús quiere que todos los hombres reconozcan —y vivan por— el evangelio
                                de Cristo como el único y solo cuerpo de doctrina que al obedecerlo salvará sus
                                almas.  Jesús  quiere  que  todos  los  hombres  entiendan  que  ninguna  doctrina
                                meramente humana (una que se origina en los hombres y no en Dios) puede
                                salvar el alma.

                                (2) Por el otro lado, Satanás (el diablo) quiere que todos los hombres rechacen
                                el  evangelio  de Cristo  como algo  demasiado  rígido,  demasiado  «anticuado»,
                                demasiado restrictivo, demasiado «aguafiestas», etc. Por esto es que muchas
                                personas  dicen  cosas  como: «Cada  persona  tiene  derecho  a elegir su  propia
                                creencia. Si soy sincero en mi religión Cristo me salvará sin importar lo que yo
                                crea o haga en la religión». Pero eso sencillamente no es cierto (vea 2 Tes. 1:7-
                                9; Heb. 5:8-9; Apo. 2:10; Mat. 7:13-27; etc.). Satanás quiere que los hombres
                                acepten y sigan las doctrinas meramente humanas. Él quiere que los hombres
                                crean que las doctrinas que han sido inventadas y predicadas por las distintas
                                denominaciones  son  tan  poderosas  para  salvar  como  lo  es  el  verdadero
                                evangelio de Cristo. Él quiere que los hombres crean que cuando ellos alcanzan
                                ciertas conclusiones con respecto a cuál es la voluntad de Dios, Dios aceptará lo
                                que ellos crean y hagan, aun si sus conclusiones contradicen lo que la Biblia
                                enseña realmente. El diablo quiere que todos los hombres crean que son LIBRES
                                de creer y hacer lo que desean en temas religiosos. Él quiere que ellos crean que
                                serán juzgados (en el Día del Juicio Final) por sus interpretaciones de la Biblia
                                (aunque sus interpretaciones contradigan las enseñanzas bíblicas con respecto
                                a  asuntos  que  son obligatorios)  y  no  por  lo  que  la Biblia  realmente enseña.
                                Podemos saber que todo esto es falso estudiando los siguientes pasajes: (a)
                                Gálatas 1:6-9 aclara que NADIE puede enseñar otro (diferente) evangelio (que
                                el evangelio de Cristo) sin convertirse en anatema—Dios no permite que nadie
                                PERVIERTA Su palabra. (b) Juan 12:48 enseña que los hombres serán juzgados
                                por la palabra de Dios—no por alguna doctrina humana, y (c) Apocalipsis 22:18-
                                19 aclara que Dios no tolerará que se le añada o quite a Su palabra.
                                Todos los hombres tienen que responder ante el evangelio (ley) de Cristo (la
                                única fe) y, por eso, ninguno pude rechazarlo y quedar impune.

                                No hay mensaje medio entre el mensaje de Cristo (el evangelio) y el mensaje de
                                Satanás (cualquier mensaje distinto al evangelio de Cristo).

                  III. Jesús enseñó definitivamente que no hay una Puerta en Medio de la Puerta Estrecha y de la
                  Puerta Ancha.
                  En el material precedente se ha mostrado que (a) no hay invitador en medio de Cristo y Satanás
                  y (b) que no hay mensaje en medio de la verdad (el evangelio) y la falsa doctrina. Esto significa
                  que todo hombre debe responder (obedecer) la «invitación» de Cristo o la de Satanás— no hay
                  otro invitador al cual responder. Esto también significa que todo hombre debe obedecer a la
                  verdad o a la falsa doctrina— no hay otro mensaje en medio (que tenga que ver con el alma) al
                  cual el hombre pueda obedecer.



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