Page 19 - VEJIGANTES FINAL JUNIO 2013 MASTER PARA TIENDA EC1
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Caballero 2 lo confirma cuando exclama: “¡Toña ya no es Toña!”
SEGUNDO ACTO
Estamos ahora en 1958, han transcurrido, por consiguiente, 48
años desde el primer acto. Marta, la hija de Toña, vive en el Condado.
Ha enviudado de un comerciante asturiano que la maltrataba, pero
a ella no le importaba porque casó con blanco para tener hijos
de ese color. En cierta forma ha progresado, gracias al tesón de
Mamá Toña. Ésta lo deja saber: “Marta tuvo la dicha de estudiar y
casarse, y vivir en la sala. Le aguantó muchas malacrianzas al oso de
Asturias; pero nunca fue arrinconada en la cocina”. Su hija, Clarita,
tiene unos veinticinco años y tras graduarse de la universidad
trabaja con una empresa en la que, entre otras obligaciones, le
corresponde atender a los vendedores que envían de Estados Unidos.
A Marta le obsesiona la raza, no ha podido conseguir la felicidad
porque constantemente tiene que fingir, por eso oculta a Mamá Toña de
los vecinos, no la deja salir al jardín y tiene que encerrarse en el cuarto
cuando llegan visitas. Además, cubre su cabeza con un turbante para
esconder su pelo rizo. Es oportuno destacar que en ese tiempo estuvo de
moda el que las mujeres usaran turbantes. Ella le explica esta realidad a
su hija: “Me avergüenzo de estas escenas. No quisiera obligar a mamá...,
pero este mundo, este horrible mundo que mutila almas con palabras
como negro y mulato, me exige protegerte con decisiones crueles. Tan
pronto te cases, me mudaré con ella al palmar. No se repetirán estos
ruegos que me corroen la lengua”. Pero Mamá Toña le increpa que
no ha alcanzado la felicidad por el “mundo de máscaras” en que vive.
A como dé lugar, Marta quiere que su hija se case con un americano,
¡nada menos que un sureño de Alabama!, para que sus nietos no
tengan sangre africana. Mamá Toña en forma irónica le recalca el
racismo en ese estado: “¿No es por ahí donde linchan a la gente de
color?” Marta quiere que Clarita se vaya a los Estados Unidos para
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