Page 78 - Tito - El martirio de los judíos
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Una voz susurró a mi lado:
—Me temo que pronto echaremos de menos a Nerón.
Ni siquiera pretendí entrever el rostro del hombre que me había hablado
en voz baja, puede que para tenderme una trampa o porque había
adivinado lo que estaba empezando a pensar.
Apenas habían pasado unas horas desde la muerte del tirano.
Pero ya me había enterado de que Ninfidio Sabino, el prefecto del
pretorio, el hombre que había sobornado a los pretorianos, organizado
y deseado la muerte de Nerón, que había enviado mensajeros a Galba y
mandado proclamar emperador a ese viejo y noble soldado, sin duda
también el hombre más rico de todo el Imperio, soñaba ahora con
sentarse en el trono imperial.
Entre las jaurías que asolaban los barrios de Roma supuse que se
encontrarían sus molosos, cuya misión no se limitaba a matar a los
delatores y compañeros de desenfreno de Nerón, sino también a todos
aquellos que pudiesen oponerse a él, Sabino.
Puede que no me mataran porque era el enviado de Vespasiano y de Tito
y que éstos, al mando de los ejércitos de Judea y de Egipto, podían
oponerse a las tropas de Galba y a las de Vitelio, unas en Hispania y
otras en Germania.
Sentí pues aquella mañana, recorriendo las calles de Roma, el apestoso
olor de la guerra civil, ese relente de muerte.
Flotaba sobre la colina de los jardines, donde acababa de consumirse el
cuerpo de Nerón.
La hoguera había sido instalada a pocos pasos de la tumba de la familia
de los Domicio en la que Actea, la concubina humillada y repudiada,
pero permanentemente fiel, había conseguido de Sabino que se
enterrara al emperador caído.
Vi a Actea y a las nodrizas Eclogea y Alejandra, arrodilladas, recoger
las cenizas del tirano y luego verterlas en un sarcófago de pórfido
rematado por un altar de mármol de Luna, la ciudad de Etruria famosa
por sus canteras. La balaustrada que rodeaba el sarcófago era de
piedra de Tasos.
Me mantuve en segundo plano.
Había visto nacer a Nerón. Quería verlo adentrarse en el reino oscuro e
impenetrable de los muertos.
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