Page 123 - Resiliente
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Terminamos a las seis nada más que la mitad, el día se nos fue
casi totalmente desprendiendo las puertas de la casa de la
familia de Americanos que vivía en la plena esquina, era la
casa más grande de la urbanización, estuve allí un buen rato
y descubrí que cuando rompí la cerradura para entrar esa
familia se había ido de aquel sitio corriendo, habían dejado
todo, comida incluso en las mesas.
Seguramente se habrían ido al norte, hacia sus tierras... quien
sabe si halla las cosas sean diferentes que acá, en fin.
Saque el resto de las puertas de las habitaciones y los sanita-
rios y las agrupamos en el patio, solamente con las de la casa
que eh mencionado, y las que consiguió Máximo de la casa de mi
tía fue suficiente para completar la mitad de la barricada.
Eso es un plan provisional, si sobrevivimos lo suficiente,
tenemos pensado en construir algo más resistente con la ayuda
y la guía de Mauro, él es el ingeniero, aun estudie...
bueno rocas, es bueno ingeniándoselas para resolver problemas,
seguro aportara buenas ideas saliendo de esa enfermedad.
De momento tenemos que valernos por nuestros rudimentarios
conocimientos del tema, ninguno de los dos tiene experiencia
construyendo nada, en esos momentos es que te das cuenta de que
ser un cuello blanco, un graduado, es lo más inútil que podrías
haber hecho en tu vida en una situación así... es allí donde
te dabas cuenta de que conocimientos tan esenciales como clavar
una madera correctamente, como sembrar una mazorca y como
extraerla sin dañar las raíces era lo que realmente funcionaba.
Todo eso se desprestigio con la modernización de la vida, antes
las maquinas lo hacían todo, teníamos desmalezadoras, teníamos
tractores que dejaban la raíz y sacaban los cultivos... la mano
de obra fue desapareciendo ¿Qué nadie se imaginó que repenti-
namente todo eso pudiera apagarse de golpe y todos tuviésemos
que usar nuestras propias manos? ¿Comunicarnos sin un maldito
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