Page 36 - Resiliente
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Asentí con la cabeza lentamente, o eso recuerdo haber hecho,

                                    ella simplemente me miro por unos largos segundos y luego bajo
                                    la cabeza cuando entro el perro.



                                            —Y a donde vamos a ir —dijo ella con un tono de dolorosa

                                    resignación —ya no hay nada que hacer...
                                            —A mi casa –dije mirándola —o a casa de mis papas...

                                    —solté un gemido por que recuerdo que me miro con una cara de
                                    dolor que no puedo describir aquí.

                                            —Están...
                                            —Mamá... —dije lentamente

                                            —Lo lamento mucho. — me abrazo con más fuerza.
                                            —Papá escapo —dije —y mi hermana creo que también lo hizo,

                                    o eso espero, me pidió que no le buscara.
                                            —¿Te abandono aquí? —dijo Camila.

                                            —No me abandono, no pudo ir a buscarme —dije yo —el maldito
                                    gobierno puso un puto control por todo el hospital, no pude

                                    salir, ni mis colegas tampoco, fue después de eso cuando escu-
                                    ché los gritos, cuando estaba a punto de irme que me di cuenta

                                    de que los zombis estaban invadiendo todo eso...
                                            —Vámonos de aquí por favor —me pidió, mirándome mientras

                                    bajaba la cabeza.



                                    Lo que sigue, lo recuerdo bastante rápido, como eh dicho
                                    antes escribo todo basado en mis experiencias, todo eso fue

                                    en la tarde del día de ayer…recuerdo haber recargado la esco-
                                    peta con las balas que tenía en la mochila y le di mi arma a

                                    Camila que la agarro con algo de indecisión, ella por otro lado
                                    agarro toda la comida que tenía en la cocina y la metió en una

                                    mochila para ella misma, me di cuenta luego de un rato que los
                                    golpes de los zombis se habían parado momentáneamente.



                                    Tomé la escopeta entre mis manos y comencé a bajar yo primero

                                    apuntando bien, aunque ya hubiesen dejado de golpear, podía
                                    divisar la sombra de su maldita presencia allí fuera caminando

                                    de un lado para otro, como esperándonos, recordé que la casa de
                                    Camila, o más bien la de sus padres, tenía una salida que daba




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