Page 54 - Resiliente
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—Mauro no puede estar muerto —dijo Máximo mirandome

                                    —es mentira...
                                            —No ha dicho que lo este, pero dando gritos lo único que

                                    vas es a asustarla ¿No te estás dando cuenta de la situación?
                                    Mierda, dos hombres y no pequeños hombres armados llegan aquí

                                    y ella está herida y sola ¿Qué crees que haría que le estén
                                    pegando gritos a diestra y siniestra?

                                            —Piensa —dije colocándome un dedo en la sien —creo que es
                                    bastante lógico que esta meada del miedo... así que por Dios

                                    intenta usar lo que aprendiste en la facultad de psicología y
                                    deja la negación.

                                            —Mala mía... es solo que... —dijo Máximo bajando la cabeza
                                    y asintiendo lentamente.

                                            —Sí, te comprendo —dije yo volviéndome —te comprendo
                                    perfectamente, hace una semana ¿A dónde diablos fue?.

                                            —A buscarme medicinas —dijo ella mostrándome el brazo
                                    —creo que tengo septicemia.

                                            —Y severa —le dije mirando el pus saliendo de la herida y
                                    la mala cicatrización, podría ameritar amputación...

                                    Algo me decía que ella lo sabía...
                                            —¿Sabes a donde fue a buscar provisión?

                                            —Eh Mario —dijo Máximo atrás —ven aquí...
                                            —Espera —le dije, me volví y caminé hacia donde estaba

                                    Máximo —¿Qué?
                                            —Puta... puta... puta... puta... mierda... —dijo mirando

                                    su celular y como brillaba y vibraba muchas veces seguidas con
                                    varias llamadas perdidas, sus ojos eran de horror —Puta...

                                            —¿Qué?
                                            —Mauro —dijo Máximo mirándome.

                                            —¿Qué pasa? ¿Te dijo dónde está?
                                            —O donde estaba... está encerrado en el Super Mercado que

                                    esta frente al edificio...



                                    Le mire y parpadee.











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