Page 61 - Resiliente
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la criatura con mi mano izquierda de un mechón de pelo y estre-

                   lle mi frente contra la de él, la criatura pareció atontarse y
                   a mí me comenzó a doler la cabeza, luego en ese segundo con la

                   otra libere el cuello pero le agarre la cara con ambas manos.



                   Recuerdo como en el ataque de histeria metí mis pulgares en los
                   ojos de la criatura y lanzar un alarido, la criatura gritaba de

                   dolor y mire que bajaban muchos más Revividos atraídos por el
                   ruido, gire en un movimiento rápido el cuello del monstruo

                   y sentí como su espina dorsal se rompía, cuando la criatura
                   dejo de moverse la tire a un lado y me hice con la pistola,

                   el Revivido más cercano se comenzó a acelerar y le dispare
                   en la cabeza, al otro más cercano en un ojo, y al de más allá

                   en el cuello, le hice suficiente daño con ese tiro que se agacho
                   y no se levantó más, aún estaba vivo desde luego, algo que

                   no resulto explicar al menos aún.



                   Me levante y agarre mi escopeta y la mochila que había perdido
                   con la lucha del histérico y corrí hacia el sótano del mercado,

                   mire que había una entrada por debajo y la reja estaba abierta,
                   por allí se había metido Máximo, pero no escuche tiros ¿no ha-

                   bía zombis allí dentro? Corrí hacia las escaleras y cuando me
                   volví mire que habían no menos de veinte Revividos en el

                   sótano, cerré la reja y coloque un candado que vi tirado
                   en el suelo, corrí escaleras arriba metiendo las siete balas

                   de la escopeta de nuevo.



                   Cuando llegue al mercado mire algunas estanterías volteadas
                   otras normales e intactas y mucha mercancía en el suelo,

                   observe que había un acumulo de zombis en una pequeña habita-
                   ción al final del mismo pasillo por donde había entrado, y otro

                   acumulo de zombis en el anaquel de la izquierda, Máximo esta-
                   ba sobre el sentado lanzando maldiciones y gritando groserías,

                   cuando me vio tiro los brazos a los lados.



                          —¡Donde putas estabas por poco y me muero!
                          —¡Donde estabas tú! —grite yo con furia.




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