Page 213 - Lévêque, Pierre - El mundo helenístico
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MÁS  ALLÁ  DE  LAS  FRONTERAS  POLÍTICAS  213

     Mediterráneo con India y China38 (véanse las págs. 223  y sigs.): se cui­
     daban de su mantenimiento, aumentando los pozos y las caravaneras en
     las pistas que atravesaban los  desiertos, con vistas a cobrar suculentos
     peajes. Los intercambios no sólo enriquecían al monarca, sino también
     a una clase de mercaderes opulentos, entre los que se mezclaban los des­
     cendientes de los colonos griegos y los nobles partos, a menudo unidos
     por lazos  matrimoniales:  en  las  inscripciones  se  constata  una  curiosa
     mezcla de nombres griegos e iraníes en el seno de una misma familia.
         Con mucha habilidad, los reyes respetaban la innata pluralidad de su
     reino. Iraníes como la mayoría de sus súbditos, eran, naturalmente, maz-
     deístas, pero también miraban por los griegos, numerosos tras la con­
     quista de Alejandro. Seleucia del Tigris no tuvo guarnición destacada y
     fue una de las mayores metrópolis comerciales del Asia anterior.
         Por lo demás, los arsácidas fueron especialmente sensibles al prestigio
     del helenismo; así, acuñaron monedas con sus nombres y títulos escritos
     en griego; Mitrídates I, el mayor expoliador de los griegos seléucidas, se
     proclamó Filoheleno; y se rodearon  de artistas y actores griegos:  Oro-
     des II escuchaba las Bacantes de Eurípides cuando le trajeron la cabeza y
     el brazo del desgraciado triunviro Craso. La actitud condescendiente con
     los griegos tuvo grandes consecuencias, porque permitió que Irán y Me­
     sopotamia, políticamente separadas del mundo griego, se mantuvieran es­
     piritualmente como un bastión avanzado del helenismo.


     Los sincretismos del arte en Partía

        El sincretismo del reino parto aparece bien a las claras en el arte. Irán
     produjo numerosas esculturas griegas de excelente factura, generalmen­
     te anteriores a la expansión de Partía hacia el sur. Tanto en Laodicea co­
     mo en Shami, han salido a la luz unos elegantes bronces que representan
     dioses o reyes.39 En Susa, una importante colonia griega (Seleucia del Eu-
     leo), se ha encontrado una cabeza de Afrodita.


        38.  En el 106, Mitrídates II recibió la primera embajada china (véanse las págs. 232-
     233). A partir de entonces, los contactos entre ambas cortes fueron regulares.
        39.  En Laodicea (a 100 km al sur de Ecbatana), estatuillas de los siglos III-II (Zeus,
     Atenea, Apolo, Deméter...), importadas de Siria y de Egipto; también se halló una estela
     con un decreto de Antíoco III. En Shami (en la ruta que unía el golfo Pérsico con la región
     de Ispahan), grandes estatuas de Zeus, Dionisos, Antíoco IV y su esposa. Estas estatuas,
     como el decreto de Laodicea, muestran la expansión del culto real en el Irán seléucida.
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