Page 226 - Lévêque, Pierre - El mundo helenístico
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226 EL MUNDO HELENÍSTICO
rítima que llegaba a Arabia y que aprovechaba el monzón para poder ir
y volver rápidamente en fechas regulares. Ahora bien, parece ser que los
griegos no conocieron el monzón hasta más adelante, gracias a un tal Hi-
palos, en 80 a. C., según algunos, o hacia el año 40 de nuestra era, según
otros. Pero hacía ya mucho tiempo que los marineros árabes, por un la
do, y los indios y Cingaleses por el otro, habían descubierto el fenómeno,
y en sus manos estaba el tráfico más importante. Generalmente, las mer
cancías desembarcaban en el golfo Pérsico, ya fuera en Gerra o en las
bocas del Tigris, en Alejandría-Carax (posteriormente llamada Antio-
quía). En el primer caso, los gerreos las transportaban en caravanas ha
cia Petra, desde donde alcanzaban Gaza y los puertos de Siria o Alejan
dría. En el segundo caso, remontaban hasta Seleucia del Tigris y volvían
a tomar la segunda ruta.
Una variante con mucho futuro se introdujo a principios de la época
helenística. Estrabón explica que 120 navios partían cada año de Myos
Hormos, en el mar Rojo, hacia la India, y añade que los mercaderes de
Alejandría habían tomado esa iniciativa hacía poco tiempo, cuando ya
unos cuantos tolomeos habían osado emprender la travesía. Aquella ru
ta, totalmente marítima que partía de las orillas de Egipto y permitía es
capar a las exigencias de los gerreos y los nabateos, implicaba, aparente
mente —porque se trataba de una flota importante y regular— , tener
conocimiento del monzón (de ahí la fecha que proponemos para ese «in
vento» de los griegos: la primera mitad del siglo I a. C.). Pero Estrabón in
dica que la ruta ya había sido abierta anteriormente, al menos por ele
mentos aislados.
Una segunda ruta, totalmente terrestre, partía del valle del Indo o de
los puertos situados en su delta, emprendía los pasos de Peshawar, atra
vesaba los Estados grecobactrianos, Partía (tras lograr su independen
cia) y el reino seléucida por Alejandría de Margiana (Merv), las Puertas
del Caspio, Ragai (cerca de Teherán), Ecbatana, Seleucia del Tigris
(donde se unía al tráfico procedente de Alejandría-Carax) y Dura-Euro-
pos, desde donde se bifurcaba, bien por Damasco o Palmira hacia los
puertos fenicios, bien por Antioquía y, a través de los montes Taurus, ha
cia Efeso. Una variante más septentrional permitía alcanzar directamen
te la costa de Anatolia por Nisibis, Edesa y Sardes.
Las indicaciones complementarias, tanto de Estrabón como de Plinio
el Viejo, permiten reconstruir una tercera ruta, común con la anterior
hasta Bactriana. Seguía el Oxus (Amu Daryá), de fácil navegación, el Cas
pio (que, sin embargo, Estrabón afirma que no era navegable), remon