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LÁGRIMAS DEL CORAZÓN

                  sombra de un pájaro que vuela muy por encima de sus cabezas.
                  Sin saber la verdad, corren exhaustos detrás de una sombra; o los
                  cazadores de vista corta que apuntan a las sombras y pierden la
                  energía y las flechas inútilmente.

                      Mucha gente ha perdido sus flechas. El valor de estas flechas
                  para sus vidas era igual a su peso en oro. Se puede comparar con
                  los niños que juegan con juguetes de plástico. El que corre detrás
                  del mundo durante toda su vida no se da cuenta que no es sino
                  una sombra del mundo de la Realidad. Así pues, es lo mismo que
                  correr tras vanas ilusiones, olvidando o ignorando lo que es real;
                  quedándose, de esta manera, en la oscuridad con las manos y el
                  corazón vacíos, frente a una vida malgastada.
                      Solamente los verdaderos guías, los siervos autorizados de
                  Allah, los que representan la luz Divina, pueden salvarnos de
                  estas ilusiones. Las personas inteligentes siguen su consejo y su
                  camino para evitar hundir su vida en la nada, en el vacío de una
                  vida perdida en perseguir ilusiones.

                      Cada ser humano está provisto de sentimientos tales como
                  el amor propio, la auto-complacencia y la arrogancia. Esta
                  arrogancia tiene su origen en la superioridad que vemos en
                  nosotros mismos. Cuando emprendemos el camino espiritual,
                  nos damos cuenta de que la perfección pertenece solamente a
                  Allah y de que todo lo que tenemos es un depósito que nos ha
                  dejado nuestro Creador.





                      El Profeta (r) recibió como regalo de nuestra madre Jadiya
                  (t) el esclavo Zaid ibn Hariza (t), a quien liberó inmediatamente.
                  Aún así, Zaid no se separó del Profeta (r), considerando que
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