Page 352 - Biografia
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Yo Beto: Una Historia Chévere para contar
Almacén vida, quedaba en la calle 12 con carrera 8ª, competía con almacenes Ley y
Tía. Dicen que un día, un loco grito dentro del almacén: “Fuego, fuego”, y produjo una
estampida porque el almacén estaba lleno de gente, muchos se quemaron en el incen-
dio y hubo muchos muertos
El almacén Ley de la calle 11 con carrera 7ª, tenía a la entrada un caballo eléctrico,
se le echaba una moneda y por pocos segundos, el caballo se movía de adelante hacia
atrás, mis padres me daban el gusto de subirme hasta que me mamara, además, este
almacén me fascinaba, porque quedaba frente a la plaza de Bolívar, junto a la casa del
florero, a 4 cuadras de mi casa. En diciembre se podían comprar las figuras de caucho
para armar el pesebre y como si fuera poco, este almacén tenia escalera eléctrica y
para mí, eso era cosa del otro mundo, como el detergente Top
Las mancornas y el pisa corbata grabados con el monograma del nombre y apelli-
do de uno, mi padre, por el cargo que tenía en el instituto Caro y Cuervo, debía usarlos
todos los días, a mí eso me fascinaba
Todo cachaco que se respetara, siempre usaba vestidos Hermega y Everfit
Para las amas de casa, existían las planchas Universal y la olla exprés Imusa
Eye-mo, un frasco pequeño con gotero, lo vendían en droguerías y era muy bueno
para refrescar los ojos
El frasco de tinta china, negra y roja, con plumilla en cabo de madera, se usaba
para hacer dibujos, caligrafía, solfeo en cuaderno de pentagramas, planchas y mapas.
Mis padres me hicieron una ruana para el frasco, para que no chorreara nada
Cal-c-tose en tarro, con sabor a chocolate, yo me lo comía sin mezclarlo, era delicioso
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