Page 193 - LIBRO ERNESTO
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Capítulo 9



               realizar una variante, que no le gustó al intocable capitán de la Tricolor,
               que sufrió para aceptar que su ciclo había terminado.


               Pudo haber clasificado, si el grupo defendía los resultados con mayor
               entereza. A Sixto le faltó suerte. Se perdieron puntos imposibles
               en los últimos minutos. Él no tuvo la culpa de que la Federación le
               nombre sin haber realizado una carrera que lo avale como DT. Todos
               se aprovecharon de su ingenuidad, demostrando su falta de apoyo a los
               técnicos nacionales. Lucho Chiriboga se jugó una carta brava y estuvo
               cerca de pegar en el clavo.


               A los jugadores les gusta trabajar con los técnicos famosos, por eso no
               pusieron ninguna objeción cuando llegó Maturana, le sobraban títulos
               y galones. Era Maturana y todos alucinaron. Nadie dijo que no trabajaba
               con esmero. Nadie levantó la mano para demandar más sacrificio. Les
               embobaba con su discurso. No voy a negar que el hombre del Chocó
               es un gran táctico. En ese rubro superaba ampliamente a Dussan
               Drascovic, que es un gran organizador y un brillante preparador físico,
               pero no sabía parar a sus equipos, no los engranaba, funcionaban a los
               tropezones.

               Aparte,  ‘Pacho’  Maturana  fue  el  motor  de  profundos  cambios  en
               Colombia. Junto a él crecieron Hernán Darío ‘Bolillo’ Gómez y Luis
               Fernando Suárez, los dos técnicos que nos llevaron a los Mundiales. El
               gran maestro no pudo plasmar su obra en Ecuador. Sus alumnos más
               aprovechados se comieron el pastel a manotazos. Así es el fútbol.

               fiLAnbAnCO y LA AbSURdA MUERTE dE nAhiM iSAÍAS


               Filanbanco tocó mi puerta en 1984, confiando en los conceptos y
               consejos que emitieron varios dirigentes de la Federación Ecuatoriana
               de Fútbol, halagando mi tarea como director técnico. Llegué a una
               institución poderosa que tenía como objetivo aportar para el desarrollo
               del fútbol ecuatoriano. Ya había dado los primeros pasos, recibiendo el
               influjo de grandes entrenadores, entre los que destacaba el chileno Luis
               Santibáñez, que incluso había llevado al plantel hasta Argentina para
               realizar el trabajo de pretemporada.

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