Page 188 - LIBRO ERNESTO
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Ernesto Guerra Galarza



            El ‘Narigón’ Carlos Salvador Bilardo colocó a Ubaldo Matildo Fillol
            en el marco; Camino, Enzo Trossero, Roberto Mouzo y Oscar Garré
            en la retaguardia; ‘Mané’ Ponce, Claudio Marangoni y Alejandro
            Sabella en la zona medular; Alberto Márcico, Ricardo Alberto Gareca
            y Jorge Luis Burruchaga en la ofensiva. Una formación importante con
            varios cracks de renombre.


            El partido se puso duro y Ecuador aguantaba las arremetidas argentinas.
            Al borde del final del primer tiempo, a los 45 minutos, tras un corner
            que rechazó Mouzo en forma corta, ‘Bolo’ Ruiz la colocó en el área y
            Lupo Quiñónez encajó la pelota en el arco de Fillol. El Monumental
            enmudeció. Yo recuperé el color y la esperanza.

            Víctor Ramos decretó la paridad a los 50 minutos. Cuando el partido
            estaba para la división de honores y se acercaba el minuto 90, Lupo
            Quiñónez arrancó sobre el área argentina, robándole una pelota a
            Roberto Mouzo. Fillol salió desesperado y lo derribó. Penal dictaminó
            el árbitro Oscar Ortubé, que a partir de ese momento pasó a convertirse
            en la figura central de la noche.


            Los argentinos protestaron, gritaron y lloraron, pero Ortubé mantuvo
            la decisión. “No me puede volver a pasar lo que sucedió en Goiania
            en el penal que falló Villafuerte”, reflexioné rápidamente, mientras
            seguían las protestas en la cancha. Vinicio Ron tenía rota la nariz,
            estaba sangrando, pero no le importaba.

            Entré a la cancha, y le saqué a Hans Maldonado del entrevero. Lo llevé
            casi hasta la mitad del campo. Hans estaba con la mirada clavada en
            el bullicio de los reclamos, que ya llevaba cinco minutos. Le metí una
            cachetada en la mejilla para que me atienda y le dije: “Cuando todo se
            calme, tomas la pelota, la colocas en el punto penal y te retiras. Si el
            árbitro pregunta, quien lo va a cobrar tú no hablas. Ya voy a ordenarles
            a J. J. Vega y a Vinicio Ron, que mientras no estén todos los jugadores
            argentinos detrás de las 18 yardas impidan al referí autorizar el cobro.
            Cuando todo esté normalizado, ahí apareces en el área. Cuando suene
            el silbato, arrancas, le pegas a la pelota al lado derecho del arquero y
            corres a abrazarle al ‘Pato’ Fillol”.

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