Page 33 - Mikorey, Max - Judaismo y criminalidad
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Maguncia a 16 años de prisión con cadena, se evadió y recorrió Baviera con diversas
cuadrilla de atracadores.
El peor y más peligroso, integrante también de la banda de Damian Hessel, es Jekof
Waldmann. "Este extremadamente audaz, temerario y, en todo sentido, sumamente
peligroso bandolero encanecido, lamentablemente también merodea por Baviera",
observa Stuhlmüller. Waldmann tiene en su banda a notorios ladrones profesionales,
entre ellos a Jekof Knubbel (a quien ya Wennmohs menciona como instructor de
ladrones en Mecklenburg, un signo de las vastas relaciones de estas bandas), su
hijastro Meier Fuchs, casado con Gütle, la hija del asaltante profesional Sussmann
Berg (al cual conocemos de las bandas renanas), a Falks Mottche, igualmente muy
conocido por nosotros a través de la información de Keil y también a Chaimche Stein,
un monstruoso criminal citado por Schwenke.
Esta, empero, es sólo una banda entre una gran cantidad, casi todas ellas relacionadas
por lazos familiares.
Los nombres son tan típicos, que por lo menos transcribiremos algunos de los que
menciona Stuhlmüller: Eisig Fussgängerle, Eisig Schlangenfänger, Feis Bankert,
Dufche Fellheimer, Frommele Wiesele, Salmche Gaxerche, Hajum Lämmle, Herle
Schnauferle, Itzig Tischbäcker, Joseph Löbchens Itzkok, Kiebe Langmottchens,
Laibchen Holländer, Abraham Lipmann Schüler, Haas Meiriche, Schmulche
Achausen, Moses Schmugel, Scholum Bonapart (Baalmassematte de asaltantes, de ahí
el nombre de conductor de ejércitos…) Schön Süsskinds Löbche (carterista), Zalle
Brunzerchen, Zipperles Fürstchen Jekof, etc.La involuntaria comicidad de estos
nombres no debe engañar acerca de la peligrosidad de los sujetos.
Ahora bien, si se estudia detenidamente la obra de Stuhlmüller se llega a la
convicción de que prácticamente toda la judería bávara de entonces o bien pertenecía
en forma activa al oficio de maleante o bien tenía participación por lo menos como
hospederos, baldower "reducidores". De resultas de ello, muy acertadamente
Stuhlmüller exige un control más riguroso de los pasaportes, una oficina central de
pasaportes, la lucha contra la judería mercantil desprovista de pasaporte, la
colaboración de las diversas autoridades policiales alemanas (que entonces no
existía), y sobre todo la reclusión de los criminales profesionales judíos en la Casa de
Trabajos Forzados dirigida por él. Estas propuestas, lamentablemente, tuvieron un
éxito parcial; la reclusión preventiva no se llevó a cabo y, fundamentalmente, no se
estableció desde el punto de vista genealógico el paradero de los numerosos hijos de
estos criminales profesionales. Pero no estamos errados si afirmamos que ellos
desempeñaron un papel en la desintegración de la vida económica por intermedio de
la irrupción del alto capitalismo, y en este sentido sería por demás meritorio registrar
los árboles genealógicos de los judíos que antes y después de la Gründerzeit (40) de
1870 tuvieron un rol tan fatal para la economía.En la generación de los padres y
abuelos se tropezaría indudablemente ya con numerosos nombres que encontramos en