Page 31 - Mikorey, Max - Judaismo y criminalidad
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A través del mismo recibí muchas aclaraciones nuevas, muy interesantes, que
                     confirmaron otra  vez lo que había sospechado".  Stuhlmüller suministra los datos de
                     238 judíos que se desempeñan como bribones y hace notar que "se casan por regla
                     general sólo entre ellos y raramente tendrá lugar una llamada mésallience entre un
                     partido Chässen y un Wittischen; por ello, todo juez o funcionario policial puede estar
                     seguro de detectar a familias enteras de bribones, una vez que sabe, por ejemplo, que
                     una mujer judía pertenece a un bribón. Sin duda, toda la parentela de ambas ramas
                     pertenecerá a la ralea de bribones si son realmente "chäss". El aludido conoce bien la
                     lengua del hampa, habiendo comprobado antes que nadie la evolución que se operaba
                     en la metodología criminal judía, haciendo referencia al "asalto violento con
                     manoplas, arietes, caras ennegrecidas, etc., lo que comúnmente llaman schränken",
                     pero señala que "de este modo de hurtar, respectivamente  de robar, se servían las
                     bandas neerlandesas y renanas; y como esta táctica es demasiado llamativa y está

                     acompañada de mucho alboroto, y por tanto generalmente se toman rápidas medidas
                     en su contra, semejante proceder ha quedado casi por completo descartado por las
                     actuales bandas judías de facinerosos (de las que aquí se habla). A la inversa, utilizan
                     asiduamente las especies más cautelosas, en las qué no se puede descubrir la pista con
                     facilidad".
                     Menciona antes que nada el "zierliche Schränken", es decir el asalto que no llama la
                     atención y subraya que "se enteran de las más bellas oportunidades para robar, por sus
                     baldower, los que, como honestos mercaderes judíos, saben introducirse en todas las
                     casas". Por lo demás, entonces se aplican en Baviera más o menos las mismas
                     técnicas de robo y estafa que en Mecklenburg, no practicándose tampoco el robo en
                     los caminos, en tanto que el "Kittenschieben", el robo con llave falsa, el
                     "Schottenfällen", el hurto en el mercado, el "Chilfen",  el  "Neppen",  etc.,  son

                     igualmente comunes. Un delito que también se estilaba era el engaño con piedras
                     preciosas falsas, que Stuhlmüller designa como "Viaschma-Handel". Característico
                     es, además, el "Cohnen-Handel". Stuhlmüller lo describe en los siguientes términos
                     "Por lo común van solos; a lo sumo llevan consigo un ayudante, que raramente asiste
                     a la defraudación, para que el Freier (el que ha de ser engañado) no se escandalice, o
                     sea para que no le entren sospechas; se dirigen a un caserío o a una granja, pidiendo
                     leche, pan, etc., y luego  -exhibiendo  un  Friedrischsdor  legítimo-  ruegan  que  el
                     campesino lo envíe al cura, que habitualmente vive lejos, y se le pregunte cuánto vale
                     la moneda de oro.Como naturalmente la respuesta está referida al verdadero valor,
                     después de cambiarlo con rapidez por un Dantes o una ficha de juego, que por la
                     acuñación se asemeja algo al legítimo Friedrichsdor, ofrece al campesino hacer un
                     trueque por una suma menor, a lo que por lo común el campesino está dispuesto, en la
                     creencia de que obtendrá un beneficio. El defraudador entonces cambia el mayor
                     número posible de Dantes, y de esta manera tan fácil y nada peligrosa (pues el
                     engañado con frecuencia advierte mucho después el fraude) obtiene igualmente como

                     botín sumas muy importantes. Semejante engaño se denomina en la jerga del hampa
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