Page 28 - Mikorey, Max - Judaismo y criminalidad
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de haber bloqueado todas las salidas, se dirigían silenciosamente hasta las alcobas y se
arrojaban sobre los durmientes, atando de pies y manos a los adultos.(Si se trataba de
mujeres no se limitaban simplemente a vigilarlas) Las víctimas eran cubiertas con
acolchados, con la cara hacia la pared, con frecuencia eran tirados boca abajo de
modo tal que apenas podían respirar, impedidos de gritar por taponamiento de la boca
o amenazas de muerte, con frecuencia por pura petulancia o exclusivamente para
hacerlos más dóciles y acobardarlos en mayor grado, eran martirizados hasta hacerlos
sangrar. Permanecían en este estado de indefensión y bajo constante vigilancia,
mientras con tranquilidad y adecuada iluminación aquéllos procedían a abrir los
cajones y armarios, embolsando lo que se encuentra y conviene. Al marcharse, las
angustiadas víctimas por lo común son amenazadas una vez más con la muerte, en
cuanto se muevan, vale decir en caso de que traten de gritar o de aflojar sus ligaduras,
recurriendo a estas palabras: ¡tantos hombres quedan atrás! Ello hace creer a los que
se encuentran cubiertos de acolchados que los terribles sujetos no se han marchado en
su totalidad"
En esa época el asalto violento es relegado a un segundo plano por otros métodos. El
"cambio falso" (Chilfen) el hurto diurno con llaves falsas (Jomakkenen o
"Jomlatchenen"), el robo en el mercado (Schottenfellen) y el carterismo
(Chailefziehen o Torfdrücken) predominan. La palabra "chailefziehen"constituye una
burla infame a los no-judíos robados. Chailef quiere decir "manteca de cerdo",
"grasa", por lo tanto "chailefziehen" significa extraer al cerdo (al impuro no-judío) la
grasa, los "Flomen", como ya señala Wennmohs. También se practican asiduamente
el "Kittchenschieben", el hurto diurno mediante entrada subrepticia en las casas y el
"Chillesgang", el robo al atardecer en invierno, cuando la familia se halla reunida en
torno al calor de la estufa y se encuentran sin vigilancia los restantes ambientes de la
casa, el taller y el negocio. En cambio en aquella época no se practica el asalto
violento en los caminos. El asalto en pleno día, en campo abierto, no pertenece en
absoluto al repertorio del criminal profesional judío.
Al contrario, el "neppen" y el llamado "Kasparfahrt" (el viaje de Gaspar) se llevan a
cabo con entusiasmo. Sobre todo entre la población rural mecklenburguesa, la
aparición en escena como médico milagroso trae buenas ganancias. Los judíos evitan
por lo general el robo de ovejas y de establos. El robo de caballos es practicado más
frecuentemente por los no-judíos, actuando los judíos como "reducidores".
A este tiempo, perterece aproximadamente un informe sobre las condiciones
mecklenburguesas, las Actenmässige Notizen uber eine Anzahl Gauner und
Vagabonden des nördlichen Deutschlands (35) de G.L.Giese (Celle, 1828). Giese
proporciona las señas profesionales de 328 bribones y vagabundos que entonces aun
merodeaban en la zona, dando que hacer a la policía.
Lamentablemente, no separó, como corresponde,a los criminales profesionales
notorios de los vagabundos más o menos inofensivos. De todos modos, su
información es valiosa por diversas causas. Casi la totalidad de los criminales