Page 11 - Bochaca Oriol, Joaquín Democracia show
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verdugos terratenientes y capitalistas. Han habido, incluso, mujeres violadas. ¡Y todo esto sin juicio
                  imparcial! Pero, en Francia, ¿cuál es la agencia de noticias que ha dicho, una sola palabra sobre
                  estas infamias Francia, refugio de proscritos, gime bajo el yugo del partido de la Reacción. (6).
                      Y no obstante, nuestro pueblo no es un Desconocido para la gran Francia de antaño.
                  Acordaos de las cartas de Voltaire a Constancia Nepuska (7). Es, pues, bajo la conciencia elevada
                  del gran pensador, siempre al lado de los pequeños contra los grandes, donde ponemos nuestras
                  esperanzas. ¡ Ay ¡, estamos totalmente abandonados. El obispo poldevo no ha hecho nada en
                  absoluto. ¡ Se diría que ni siquiera existe ! ¡ Por favor ! ¡ Por favor, ayudadnos ! No os pedimos
                  dinero, pero, por favor, una vez más, enviadnos la carta que uniremos a nuestro dossier para la
                  Tercer Sub-Comisión de la Comisión del Sub-Comité de los Derechos de las Minorías de las
                  Sociedades de naciones .


                  Ante la evocación de esas horrorosas matanzas, de esas tremendas sevicias inflingidas a la
                  persona humana de los poldevos, los parlamentos franceses se abalanzan a sus escritorios, cogen
                  la pluma , y mandan docenas de cartas de adhesión . Exactamente, ochenta y siete cartas. de las
                  que entresacamos una , firmada por Aristide Fornical, diputado del Eure, y miembro de la Comisión
                  del Ejército .
                     La inocencia humana se rebela ante la reseña de los malos tratos a que se somete actualmente
                  a los hermanos de la desgraciada Poldevia .
                     Vuestro grito de alarma no puede dejar indiferente a un miembro del Parlamento Francés ,
                  excombatiente de la gran guerra descendiente de esos gloriosos antepasados de la Revolución
                  que proclamaron a la faz el mundo los derechos imprescindibles del Hombre y del Ciudadano.
                      Y como Monsieur Fornical estaba realmente preocupado por la desgracia de los pobres
                  poldevos, añade, en una post-data Os aconsejo que os dirijáis a la Comisión de Asuntos Exteriores
                  de la Cámara, cuyo Presidente es Paul-Boncour.
                      Solo un diputado, el socialista Georges-Richard, diputado por el Loire, respondió al señor
                  Stantoff confesando no saber nada del asunto de que le hablaba, y pidiendo documentación.    Sólo
                  os concederé mi firma con conocimiento de causa.
                      Alain Mellet, que comienza ya a cansarse de la broma, quiere poner término a la misma y
                  proceder seguidamente a la publicación de las epístolas recibidas. Pero, antes, manda la
                  documentación pedida al diputado Richard
                     Señor Diputado,
                     Gracias por su carta. Me pedís documentación. Hela aquí. La Historia de nuestro desgraciado
                  pueblo empieza hacía, el año 1000.    Después de la conquista de Malta, Carlos el Temerario,
                  ambicioso, deseaba la corona de Poldevia, que el rey de Polonia reservaba para uno de sus hijos
                  bastardos. Pero Carlos V se opuso a sus planes. El desgraciado pueblo poldevo, cayó, entonces,
                  durante más de dos siglos, bajo el dominio horrible de los Hohenstauffen que probaron la eficacia
                  de sus primeros cañones disparando contra las muchedumbres poldevas.
                      Un héroe nacional, de origen israelita, Gellé-Fou, alzó el estandarte en pro de la
                  independencia. Con la ayuda de Francia, que mandó al Teniente General Alain Mellet, y de
                  Inglaterra, que mandó a su Flota al mando del Almirante Bynn, ganó la sangrienta batalla de
                  Taphepa. Pero, desgraciadamente, perdió la vida en el combate, y entonces los aristócratas
                  tomaron el poder y aplastaron a los campesinos. Los aristócratas eran católicos de la herejía
                  morácica. Mientras que el pueblo, evangelizado por los monjes Simeon y Gésipo, que eran
                  luteranos, se componía, mayormente de protestantes e israelitas. Para poder comer, los
                  campesinos debían, antes, ir a confesarse y a la misa cada domingo. De ahí proceden las cartas
                  admirables de Voltaire a la Nepuska.

                  Seguían varias páginas más llenas de detalles similarmente absurdos. Todo terminaba con una
                  post-data anunciando el envío de un amplio dossier sobre el tema. Pero no hubo necesidad de ello.
                  El diputado Richard mandó su adhesión a vuelta de correo.
                  Tras esto, ya no quedaba más que hacer, a Alain Mellet, que darle toda la publicidad deseable a
                  las respuestas de los amigos de los poldevos. Así lo hace, y todo el mundo encuentra la broma
                  muy cómica, exceptuando. naturalmente, las víctimas.
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