Page 166 - Pacto de silencio
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con CAÍDA TENSIONAL, HEMATOMA. Hemos visto familias en que cada uno de sus
miembros enfermos presentaba una sintomatología de comienzo diferente, aunque
con una unidad general, de forma que podía unirlos la afectación pulmonar y
diferenciarlos la afectación renal o digestiva. Este comienzo de la enfermedad o
primera fase tiene una duración de unos 15 días. Las exploraciones
complementarias de interés en este momento del proceso son:
RADIOLOGÍA PULMONAR EN AP Y L: En casi la totalidad de los casos aunque con
algunas excepciones la radiografía pulmonar presenta una cisuritis perfectamente
dibujada, siempre más ostensible en la proyección lateral con el signo que
denominamos de «símbolo de La Mercedes» por su parecido con el característico de
esta marca de automóviles. Se observa un marcado patrón intersticial alveolar que
en ocasiones se acompaña de derrame más frecuentemente monolateral y desde
luego si es bilateral, siempre es asimétrico. Son perceptibles líneas de Kerley en
forma de tres rayitas horizontales por encima de los senos costodiafragmáticos a
unos dos traveses de dedo y muy cerca de la pared lateral. Si la radiografía se realiza
en clinoposición aparece como velada a diferencia de la efectuada en bipedestación
porque el líquido del edema pulmonar se acumula en el decúbito.
HEMOGRAMA: Aparece en esta fase de comienzo una leucocitosis ligera, no superior
a 15 000 con eosinofilia que oscila entre 2% y 9%.
QUÍMICA SANGUÍNEA: Es interesante señalar que siempre aparecen unes cifras de
sodio que si bien están dentro de los márgenes normales, siempre están próximas al
límite inferior. Hay una disminución de 02 proporcional a la sintomatología de
asfixia.
Establecida la enfermedad en su fase de "estado", se inicia un paulatino ascenso, de la
leucocitosis en ocasionas, hasta alcanzar cifras de 90 000 con una eosinofilia que
puede alcanzar hasta el 90% con unas cifras máximas aproximadamente a los dos
meses de la enfermedad.
En este momento se acentúan los dolores musculares que obligan a permanecer
inmóvil al enfermo pues cualquier cambio de posición provoca algias intensas.
La sintomatología en la fase de estado, superada la fase de comienzo y su distress
respiratorio, el exantema y el prurito, aunque puedan ser perceptibles en algunos
casos reminiscencias de estas alteraciones, es fundamentalmente la de un cuadro
neuromuscular con insomnio que suele durar todavía un mes o dos más;
adelgazamiento progresivo que en algunos casos ha alcanzado los 10 kilos aunque
las cifras medias oscilan entre 8 y 15 kilos.
SIGNO DEL OSO: Es muy frecuente y consiste en una movilidad constante, repetitiva,
basculante de forma que él sujeto erecto se apoya alternativamente sobre uno y otro
pie y mantiene este constante movimiento durante horas. Si se le sugiere la
detención del mismo asegura que si para le dolería.
SIGNO DE LA INERCIA: Una vez el individuo puesto en movimiento es incapaz de
detenerse, algunos para poder parar en una carrera al notar la desobediencia a la
orden cerebral por parte de sus miembros se tiran al suelo. Asimismo cuándo el
individuo está sentado o acostado le cuesta un gran esfuerzo cambiar de postura o
Iniciar su movilización.
DOLOR: Cualquier esfuerzo es doloroso, duelen las piernas y los brazos.
ALTERACIONES NERVIOSAS: la aparición de parestesias es la regla, se localizan de
preferencia en las extremidades. Hipersensibilidad al menor roce que provocan
temor cuando se aproxima alguna persona. Paresias y hasta parálisis da miembros
con fuertes atrofias musculares de preferente localización en las eminencias tenar e
hipotenar, cuádriceps interescapulares, gemelos, peroneos e interóseos.
ALTERACIÓN DE LA CRONOBIOLOGÍA: El largo periodo de insomnio contribuye en
parte a agravar este síntoma que modifica el ritmo horario habitual del individuo
que no se sujeta a reglas y que puede ser considerado como en un estado de anomia
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