Page 83 - Pacto de silencio
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de trabajo y así poder llegar hasta el foco de la epidemia y poder a partir de aquí
intentar la curación efectiva de los enfermos, la Administración destituye al día
siguiente de sus funciones al único médico que estaba evidenciando que podría llegar
a demostrar qué es lo que había ocurrido en realidad. El cese fulminante, el 15 de
mayo de 1981, del director en funciones del Hospital del Rey de Madrid, así como la
renuncia a acelerar la curación efectiva de los enfermos —se estaba a tiempo de
lograr esta curación efectiva si se hubieran escuchado las pocas voces que iban bien
encaminadas— debía necesariamente de obedecer a muy poderosas razones que nada
tienen que ver con la Sanidad, ni siquiera con el propio Gobierno español. Era el
precio que se cobraba el silencio del pacto.
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