Page 85 - Pacto de silencio
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ha tenido nadie. Es para hacerle un monumento. Que Muro fue el primero que dijo
que era por vía digestiva, que no era por virus ni por un bichito. Eso fue lo peor que
hizo Muro, de cara al Gobierno. Por eso lo cesaron, así de claro». Más adelante, me
diría aún: «Muro ha trabajado muy seriamente, con más gente de lo que se creen
muchos; Tenía un equipo serio y mejor organizado que los que tenían los otros».
Luego me habló de los abrumadoramente exhaustivos trabajos del Dr Muro, de sus
encuestas epidemiológicas, las mejores que se han efectuado sobre el síndrome
tóxico, de su completísima colección de gráficas, fotos, diapositivas, para confirmar
nuevamente: «Muro ha sido una víctima, y mal tratada por parte del Gobierno de
UCD, y por supuesto —¡cómo no decirlo!— del partido socialista, que era su
partido».
El antiguo jefe local de Sanidad de Torrejón me comentaría al respecto: «Mira,
hace diez días encontré la famosa cinta original del 13 de mayo, cuando al
subdirector general de Salud Pública, Cañada, al director general de Planificación —
que fue el que cesó a Muro—, González Navarro, y a varios otros, por la noche, en el
Hospital del Rey, con el alcalde de Torrejón y todo, estábamos diciéndoles dónde
iban a aparecer los casos por los mercadillos, y que era un producto por vía digestiva.
Pero no sirvió de nada, a pesar de que estábamos diciéndoles dónde estaban
apareciendo los casos y dónde iban a aparecer, y eso que era la Administración del
Ministerio de Sanidad, escuchándonos a la una de la mañana».
Si de algo sirvió, fue para cesar al Dr. Muro, como ya vimos. Circunstancia que la
familia Muro atribuye al empecinamiento personal del entonces director general de
Salud Pública, el Dr. Luis Valenciano, «que fue el que personalmente le dijo: “Te voy
a hundir y echarte del cuerpo de Sanidad”», como me comentaron en su domicilio de
Madrid, a lo que la viuda del Dr. Muro añadió: «Me parece que todavía hay testigos,
que lo pueden decir». Recordemos que el Dr. Valenciano ya había hecho caso omiso
anteriormente de las argumentaciones del Dr. Muro en el Ministerio de Sanidad,
como no haría caso tampoco, con posterioridad, de la comunicación del Dr.
Sánchez-Monge, referente al hecho de que estaba logrando curaciones en pacientes
afectados por el síndrome tóxico.
Con lo que el Poder por lo visto no había contado, es con el hecho de que el
Dr. Muro era un profesional que sí se había tomado en serio su juramento hipocrático,
y que por lo tanto, lejos de desentenderse del asunto por el cese que le había caído
encima, dedicaría en adelante todos sus esfuerzos y sus recursos al esclarecimiento
del origen de la aún extraña enfermedad. El 24 de noviembre de 1981 declaró en el
Ministerio de Sanidad: «Ahora ya, estoy suspendido de mis funciones, lo cual me
permite moverme, que antes no podía; yo el otro día dije que por favor, a mí me
hicieran ahora lo que quisieran, menos volverme a atar a un puesto hasta que esto
estuviese terminado, porque el único favor que me han hecho ha sido la suspensión
que me ha permitido hacer todo lo que ahora vais a ver». Y explicó una vez más el
rumbo y los resultados de sus averiguaciones.
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