Page 87 - Pacto de silencio
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productos».
En este contexto, los doctores Javier Martínez Ruiz y María Jesús Clavera Ortiz
escriben en su trabajo El Dr. D. Antonio Muro y su investigación del síndrome
tóxico: «Por paradójico que resulte, debemos decir que la principal fuente de
documentación sobre la histórica hipótesis del “aceite” no debe buscarse en el Plan
Nacional para el Síndrome Tóxico, en el Centro Superior de investigaciones
Científicas, en el Centro Nacional de Alimentación y Nutrición, etc. (es
extremadamente pobre y desorganizada la información que estos centros poseen) sino
en el Dr. D. Antonio Muro, principal objetor de la misma».
A partir del 20 de mayo, el Dr. Muro y sus colaboradores se dedicaron a localizar
a las fábricas y envasadoras de estos aceites, con veinte días de antelación sobre las
autoridades sanitarias, y en un momento en que éstas aún continuaban pregonando
oficialmente él origen respiratorio de la enfermedad (!). También comenzó a partir de
este día a quitarles el aceite a sus enfermos, 28 días ante de que la Administración
diera idéntica orden a nivel general y con 41 días de anticipación a la retirada general
oficial del aceite de colza. Aunque para entonces, Muro ya tenía claro que el aceite no
había tenido arte ni parte en este envenenamiento.
El mismo día 20 de mayo de 1981, el Dr. Muro habló de la epidemia por Radio
Madrid, describiendo ya en esta intervención el primer signo que la caracterizaba, y
que era el insomnio al que ya aludí, y que es cuando menos indicador de una
intoxicación por organofosforados.
También el día 20, decía en la revista Noticias Médicas que se trataba de una
enfermedad sistémica, y que desde luego no era una neumonía.
En el colmo de la desinformación, del anticientifismo y de la desatención a los
enfermos, a tenor de las muchas advertencias que en contra había recibido de los
médicos que argumentaban con el Dr. Muro que la única vía de penetración de la
enfermedad era la digestiva, el Ministerio de Sanidad y Consumo con sus técnicos y
de acuerdo con toda la investigación oficial, anunció el 21 de mayo de 1981 por
televisión que la causa era un mycoplasma, asegurando al día siguiente, 22 de mayo,
que no había un solo dato a favor de la transmisión por vía digestiva (!). En rueda de
prensa mantenida por el ministro Jesús Sancho Rof, éste declaró sin mayor problema
la siguiente tomadura de pelo a todo el pueblo español: «No hay más investigación
válida hasta ahora que las señaladas por el Ministerio». Y: «No hay ninguna otra
causa demostrable en este momento. En todas las autopsias realizadas se detecta el
mycoplasma y ningún otro agente. En los cultivos, el germen crece como
mycoplasma. Se conoce su nombre y su primer apellido, pero falta su segundo
apellido. Se extiende sin agente físico particular que lo propague». Seis años más
tarde declararía en entrevista concedida a Nativel Preciado y publicada en el
semanario Tiempo el 6 de abril de 1987 —con respecto al asunto del síndrome tóxico
— que «a mí me pillaron en una maniobra política (?) y jugué el papel de malo de la
película porque era el ministro de Sanidad». En cuyo caso y de apercibirse de ello,
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