Page 88 - Pacto de silencio
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cabía, en un país civilizado y en interés de cuantos iban enfermando, el recurso de la
           dimisión.
               La  postura  oficial  comienza  a  dar  su  vuelco  el  28  de  mayo,  para  entrar
           momentáneamente en la senda abierta, con mucha antelación, por el Dr. Muro.

               El abogado Juan Francisco Franco comentó al respecto el 26 de octubre de 1986,
           ante el Parlamento Europeo: «Denunciada por el Dr. Muro la evidente relación de la
           enfermedad con una intoxicación por vía digestiva, en contra de la hipótesis oficial de
           la transmisión aérea (legionella; mycoplasma), la Administración tuvo que buscar el

           sustituto  del  mycoplasma  en  un  agente  indeterminado  transportado  en  el  aceite.
           Diversos  intereses  (grupo  olivarero)  y  el  propio  azar  (una  asociación  espuria)  han
           apoyado la hipótesis, pero la razón o causa primera de inculpar a la colza no está
           clara, y quizá su explicación debe buscarse en un aviso de la INTERPOL recibido en

           España en mayo de 1981». (!)
               En  lo  que  a  la  INTERPOL  respecta,  cabe  apuntar  aquí  las  declaraciones
           efectuadas el 1 de febrero de 1988 por el industrial aceitero Antonio Cochs Tapias
           durante la vista que se sigue en la Casa de Campo, en las que afirmaba que el 20 de

           junio de 1982 fue detenido en México, torturado por la policía y encerrado en primera
           instancia en un calabozo. Y añadió: «Lo más grave es que en el momento en que me
           detuvieron me querían obligar a fumar un documento conforme yo era el asesino.
           Concretamente  INTERPOL  México,  cuando  me  detuvo,  me  llevaron  a  unos

           separas…». Se refería a que le instaron a confesarse culpable de las muertes habidas
           por  el  síndrome  tóxico  en  España.  Quien  le  detuvo  fue  —siempre  según  su
           declaración—  el  jefe  de  INTERPOL  en  México,  Florentino  Ventura  Gutiérrez:
           «Cuando se me detuvo, concretamente fue en la calle. Lo primero que se me pidió fue

           que fuera a una cabina telefónica y, con una pistola en la sien, me obligaron a llamar
           a mi hermano, para que le dijera que había tenido un accidente de coche por la calle,
           porque  por  lo  visto  lo  que  se  quería  es  que  él  saliera  de  casa.  Seguidamente  fui

           llevado a unas dependencias; allí me presentaron a este señor. Florentino Ventura».
           Posteriormente  fue  puesto  en  libertad  por  el  juez,  debido  a  irregularidades  en  la
           detención: «Lo que pasa es que me sueltan y cuando salgo a la calle me vuelven a
           detener,  la  misma  noche,  y  me  vuelven  a  llevar  a  unos  separas  otra  vez  de
           INTERPOL y me vuelven a torturar otra vez». Refirió igualmente Antonio Cochs que

           con  ocasión  de  estas  detenciones  le  salvó  la  vida  al  general  Juan  Alberto  Antolín
           Lozano. A lo que añadió: «El general Antolín Lozano me dijo: “Esto, esto proviene
           de España”. Concretamente esto me dijo al principio; luego se fue a Nueva York a

           hacer un curso de policía. Cuando regresó a México me dijo: Es posible que haya otra
           fuente detrás de esto. Un día te veré. Un día te veré, pero ya no lo vi más». El que
           alguien  sea  torturado  por  agentes  de  la  INTERPOL  en  México  para  obligarle  a
           declararse  culpable  de  los  envenenamientos  habidos  en  España,  es  algo  que,  en
           opinión del Ministerio Fiscal, no viene al caso. Así lo manifestaría al presidente del

           Tribunal: «Desconocemos el motivo de la aportación de este testigo, porque creemos



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