Page 114 - El judío internacional
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influencia judía, siempre fueron expuestos al público desprecio, recordemos, sobre todo, las
                  caricaturas del trust periodístico de Hearst: ¿fueron acaso los Seligmann, Kahn, Warburg, Schiff,
                  Kuhn, Loeb y compañía? No, porque estos son banqueros hebreos, y a estos no se les ataca jamás.
                  Los apellidos mas conocidos de las campañas difamatorias periodísticas son únicamente los de
                  industriales y banqueros no-judíos, y en especial Morgan y Rockefeller.

                  Es de público conocimiento que durante la rebelión comunista en París (invierno de 1871), los
                  hebreos de la casa Rothschild no sufrieron daños, en tanto que otros propietarios experimentaron
                  perdidas enormes en sus fortunas. Existen tan intimas relaciones entre los grandes financistas
                  judíos y los dirigentes revolucionarios judíos en América, que queda completamente excluido
                  cualquier perjuicio de los primeros en un posible movimiento sedicioso. Debajo de la capa de los
                  desordenes rusos, ciertos financistas hebreos se aprovecharon de las angustias populares
                  adueñándose de grandes riquezas de propiedad publica, y el gobierno soviético lo aprobó,
                  denominándolo "comunismo modificado". Un real comunismo, empero, todavía no se encuentra en
                  el bolcheviquismo ruso. Tal como en la guerra mundial, halla también el bolcheviquismo su
                  suficiente explicación respondiendo a la pregunta: ¿quién obtuvo las mayores utilidades? Esta
                  explotación de ambos acontecimientos esta hoy en el mayor apogeo. El blanco de las fuerzas
                  revolucionarias no es sino la propiedad no-judía. "Las riquezas del mundo entero son nuestras":
                  este es el lema de toda la obra revolucionaria hebrea.

                  En cierta época se pretendió desviar la atención universal mediante noticias horripilantes acerca de
                  la lamentable situación de los judíos en Polonia. Existen indicios que hacen suponer que la
                  propaganda polaca no era más que un disfraz, para encubrir la enorme inmigración de hebreos en
                  los Estados Unidos. Tal vez ignoran muchos lectores que día a día cae sobre nosotros una
                  formidable riada de inmigrantes, decenas de miles de aquella raza, cuya simple presencia significa
                  un problema y una amenaza para los gobiernos europeos. La propaganda polaca y dicha
                  inmigración  se relacionan mientras el gobierno de los Estados Unidos recibe del gremio hebreo,
                  seguridades de que a orillas del Potomac, indicando a Washington, todo marcha perfectamente. Y,
                  efectivamente, allí se esta tranquilo y sin cuidado, tal como el gremio hebreo, efectivamente, lo
                  puede desear; pero el problema ruso exige necesariamente su solución. Esta forma israelita es la
                  siguiente: los judíos son los padres del capitalismo; si este no arroja buenos resultados, intentaran
                  deshacer su propia obra. Lo hicieron, en efecto en Rusia, y ahora pretenden que el pueblo
                  norteamericano tenga la gentileza de permitir que sus bienhechores hebreos repitan la misma
                  película en Estados Unidos.

                  Es esta la novísima explicación - típicamente hebrea - que se nos da, en unión a una proposición
                  dirigida a Norteamérica, y ¿con una amenaza! Si declinase Norteamérica esta proposición del
                  judaísmo, se colocaría este "en una irreductible oposición".

                  Pero resulta ahora que los hebreos destruirán en absoluto el capitalismo en Rusia. Cuando Trotzky
                  y Lenin haga su postrer reverencia al mundo, retirándose al amparo de los capitalistas hebreos
                  internacionales, se advertirá que lo destruido por ellos es solo el capital no-judío, o sea el ruso, en
                  tanto que el capitalismo judío quedó incólume e intangible.

                  ¿Cuál es la realidad? En actas oficiales del gobierno de los Estados Unidos se inserta la siguiente
                  carta. Obsérvense la fecha, el banquero hebreo y los demás apellidos hebreos:

                  Estocolmo, 21 de Septiembre de 1917

                  Sr. Rafael Scholan (o Schaumann):

                  "Apreciable camarada: La casa bancaria de M. Warburg, a raíz de un telegrama del presidente del
                  "Sindicato Rhenano-westfaliano", abrió cuenta corriente para la empresa del camarada Trotzky. Un







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