Page 119 - El judío internacional
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Esta multitud "dispuesta a prestar servicios" aumenta más y más cada día que pasa.
SEGUNDA PARTE
DEL PREFACIO PERSONAL DEL SEÑOR HENRY FORD
Se dedico preferentemente la primera parte de esta obra al estudio del plan mundial judío.
Ofrecerá la segunda parte ilustraciones prácticas, que evidencian y confirman dicho plan. Se
limitara nuestro método a demostrar hechos, que todos podrán comprobar en cualquier momento y
compararlos con el plan teórico, para ver, si ambos concuerdan. En lo concerniente a discutir sobre
la "autenticidad" de los Protocolos, quedara bastante tiempo una vez demostrada la completa
conciencia entre aquellos y el modo de proceder de los hebreos.
Quedaron sin replica anteriores artículos de prensa. Hubo denuncias y tergiversaciones, mas
ninguna refutación. Consiste la objeción preferida por los portavoces y defensores judíos en
sostener que nuestras afirmaciones respecto a los hebreos podrían aplicarse indistintamente a
cualquier otra raza, sin que fuera capaz ninguna de ellas de desmentir tales acusaciones mediante
hechos. Mas lo esencial, precisamente, esta en que dichas acusaciones no se formulan contra
ninguna otra raza o pueblo, y si alguien se lo propusiera, ¿cómo seria posible?... Caerían por su
propio peso, por la simple razón de que seria imposible apoyarlas en hechos. Nada significan
rumores y vaguedades, ni tampoco increpaciones ni prejuicios. De ser falsos los juicios emitidos en
nuestro libro podrán ser rebatidos con hechos. Si no existiera comunidad entre el plan judío tal
como está redactado por los "Protocolos", y el programa, que prácticamente realizan los
prohombres judíos, fácil les seria demostrarlo. Pero no se ha demostrado hasta ahora, por la simple
causa de que existe esta relación entre la teoría y la práctica, y que los prohombres, dirigentes y
portavoces o jefes judíos lo saben.
I
MIXTIFICAN LOS JUDIOS EN ESTADOS UNIDOS SU NUMERO Y SU PODERIO
¿Cuantos judíos viven en los Estados Unidos? Nadie lo sabe. Su número exacto es únicamente
conocido por la autoridad israelita. El gobierno de los Estados Unidos puede dar datos estadísticos
sobre casi todos los elementos de la vida pública; pero cuando se disponga a fijar sistemáticamente
el numero de hebreos inmigrantes o residentes intercederá el gobierno judío extraoficial en
Washington para evitarlo. Ocurre esto hace ya más de veinte años, y hasta ahora el gobierno
extraoficial fue siempre el más fuerte.
Preocupa el incremento actual de la inmigración judía a la opinión pública. Por vez primer en la
historia de los Estados Unidos el pueblo norteamericano en masa toma parte en la cuestión hebrea.
Informaciones provenientes de Europa hablan de enormes concentraciones de judíos en
determinados puntos, donde se alojan en grandes campamentos. Cierto número de agentes
prácticos van por encargo de comunidades secretas judías, desde Norteamérica, para arreglar la
cuestión de los pasaportes. En los Estados Unidos, la inmigración se convirtió en un negocio
especial hebreo. Desde ciertos países europeos no se admite hoy a ningún ciudadano que no sea
judío. Desde Alemania, Rusia y Polonia, por ejemplo, no pueden los particulares conseguir el
permiso de inmigración, sino con gran dificultad, pero desde esos mismos países inmigran judíos a
millares, con manifiesto menosprecio de nuestra legislación correspondiente y de los intereses de la
salud pública. Se parece esto al traslado de un ejército de millones de soldados, que una vez
cumplida su misión en Europa, parten a América.
Cuando se advirtió que esta formidable organización inmigratoria era obra de comunidades
hebreas, se noto -¡por vez primera!- un movimiento de alarma o inquietud en el periodismo
norteamericano, pues era un hecho harto llamativo para no fijar en el la atención. A los
funcionarios de inmigración de la isla Ellie también llamóles la atención esta singularidad en el
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