Page 162 - El judío internacional
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Orden. Las negociaciones se llevaron a cabo preferentemente por el hermano Simón Wolf".

                  Fué este Simón Wolf durante 50 años el representante permanente y oficial de los intereses
                  hebreos en Washington. Podría escribir si quisiera, una historia en extremo instructiva sobre las
                  relaciones entre el B'nai B'rith y los nombramientos diplomáticos norteamericanos. Fue el quien
                  propuso al ministro de Estado, Bryan la designación de un embajador hebreo pa a España, parar
                  demostrar así que "Norteamérica" protesta aun contra la expulsión de los judíos en el siglo XV.
                  También fueron judíos los que indujeron al presidente Harding a que designara a un judío
                  embajador en Berlín, para demostrar a los germanos su desaprobación a denegar el predominio
                  judío en la industria, hacienda y política. Esta interpretación del servicio diplomático norteamericano
                  como agencia ejecutiva de los intereses mundiales hebreos, existe desde hace tiempo, habiendo
                  tenido por consecuencia numerosos nombramientos que en todo el país provocaron extrañeza y
                  duda.

                  Merece especial atención el hecho de que mientras los judíos norteamericanos proveyeron los
                  puestos diplomáticos orientales con los suyos, los hebreos británicos hicieron otro tanto con los
                  altos cargos en India, Persia y la Palestina. De este modo todo el medio Oriente se encuentra bajo
                  la inspección semita, dando a entender al mundo mahometano que los judíos, una vez conquistado
                  el de raza blanca, se preparan ahora a retornar a su antigua patria. Este intento de aproximación
                  de los creyentes de Moisés con los de Mahoma requiere especial atención.

                  Pertenece a la Orden de B'nai B'rith de preferencia los hebreos religiosamente un tanto liberales, de
                  los que indudablemente muchos pensaran también con mayor libertad acerca de la cuestión racial.
                                                                                                       t
                  No es esta Orden el portavoz de la totalidad de los ideales hebreos, sino que representan el cen ro
                  de ciertas intenciones determinadas. No es que gire dicha Orden más alto que el Comité judeo-
                  norteamericano, sino que representa un brazo ejecutivo de largo alcance. Se la puede considerar
                  como exclusiva masonería de los israelitas, y esto indica su particularidad característica, a saber,
                  que el hebreo exige como  un derecho el ser admitido  en todas las sociedades y Ordenes cristianas;
                  pero que las suyas, exclusivamente admiten a judíos. Es norma israelita, tal política unilateral.

                  A la cabeza de la actuación del B'nai B'rith figura la labor de la "Liga anti-difama toria". Dicha junta
                  interior existente en toda logia, presta el necesario servicio de espionaje para mantener a la Gran
                  Logia al tanto de todo cuando pueda afectar al judaísmo. En su provocativo proceder procede la
                  Liga anti-difamatoria de acuerdo con directivas trazadas con extremada precaución. Generalmente
                  figura como presidente de la Liga un personaje  de suma influencia, capaz de presionar a la prensa.
                  Es a veces el propietario de una agencia de publicidad que dispone de la distribución de los avisos
                  entre los diarios locales, de modo que estos, desde dicho punto de vista, dependerá de su
                  benevolencia. La Liga anti-difamatoria es la organizadora de los boicots. Y no es que solo emita sus
                  protestas alta y públicamente, sino que también utiliza los medios callados de presión y coacción,
                  que en apariencia ni se notan. En síntesis: una corporación en extremo belicosa, cuyos medios
                  empleados no son dictados siempre por la moral y la justicia.

                  Consiste uno de sus éxitos mas visibles en haber suprimido realmente el uso del termino "judío",
                  salvo en sentido laudatorio. Durante largo tiempo no sabia la gente como denominar a los judíos: si
                  "hebreos" o "israelitas", o como fuera. Fue consecuencia lógica de ello, que todos los pueblos
                  debieron sufrir las "teorías" procedentes de los judíos, cuyo nombre no era licito pronunciar. Hace
                  poco compareció ante el juez un judío acusado del asesinato de su mujer; los diarios le llamaron
                  "un precoz inglesito". Los rusos y  polacos residentes en los Estados Unidos tienen que soportar
                  indignados, y muchas veces, pero siempre en vano, protestaron públicamente contra ello, de como
                  se abusa de la denominación de sus nacionalidades en las crónicas periodísticas y los informes
                  policiales, para hacer desaparecer la de los hebreos.

                  Apenas un periódico añade el término "judío" al nombre de cualquier criminal, aparece de







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