Page 99 - El judío internacional
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no para los que estaban al tanto de los asuntos sionistas. Su texto definitivo fue obra del Ministerio
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británico mas su contenido "había sido antes aprobado por las oficinas sionis as" en Gran Bretaña
y Norteamérica. La Declaración fue redactada en la forma que deseaban los sionistas".
3. "Literatura y periodismo constituyen dos potencias educadoras en extremo importantes y por tal
razón nos adueñamos de la mayoría de los diarios y revistas. Por cada 10 que dejemos en manos
ajenas, fundáremos treinta nuestros, etcétera. El público nada deberá sospechar de; todas las
publicaciones bajo nuestra influencia defenderán exteriormente las más dispares tendencias; así
lograremos la confianza del público y atraeremos a nuestros adversarios incautos, llevándoles sin
dificultad al aniquilamiento".
Este plan diabólico tiene especial interés ante la actual campaña en defensa de la causa judía
llevada a cabo por importantes diarios. "Sólo es preciso – dicen - observar los diarios de propiedad
hebrea o influenciados por hebreos; ¡cuán diferentes tendencias políticas defienden y cuán
opuestas son sus opiniones!". Es verdad erigir "exteriormente", tal como lo preconiza el Protocolo
12. Pero no será difícil tampoco descubrir la uniformidad existente en su fondo.
La idea de erigir una engañosa fachada para cubrir ocultos manejos se halla en todos los
Protocolos, no sólo con respecto a la prensa, sino al referirse a otros puntos. El Protocolo 12, que
desarrolló esta idea referente a la prensa, expresa:
a) A fin de obligar a los autores a escribir obras tan extensas que nadie las lea, se prevé un recargo
sobre publicaciones, que "será doble para folletos de menos de treinta páginas". Los trabajos
breves y concisos son los más temibles. Cuanto más extensos los artículos, tanto menos se leen -
dicen los Protocolos judíos. - En cambio, "lo que nosotros publiquemos para ir moldeando la opinión
pública, será barato y se difundirá ampliamente. La "contribución" aplacará la ambición puramente
literaria, en tanto que, por el otro lado, el temor al castigo tornará dóciles a los literatos. Aunque
alguien se hallara en disposición de escribir en contra nuestra, no encontraría imprenta para sus
obras".
(¡Cuántos autores norteamericanos podrían "declarar" en este sentido!)
"Antes de admitir un manuscrito para su impresión, el editor o el impresor deberá solicitar el
permiso facultativo. Sabremos así de antemano que ataques se preparan en contra nuestra,
pudiéndolos neutralizar, publicando con anterioridad declaraciones confusionistas".
Tal es, en efecto, la situación. Los judíos saben de antemano lo que ha de venir, y tratan de
desarmar al adversario antes de su ataque.
b) Se citan tres grados de periodismo judío, y éstos no sólo se hallan en los protocolos, sino que se
tropieza con ellos por doquiera en la vida práctica.
"Ocuparán el primer puesto los diarios de carácter puramente oficial, que siempre velarán por
nuestros intereses y por lo tanto, su influencia será relativamente pequeña.
"En segundo lugar, estarán los órganos semioficiosos, cuya tarea consistirá en servir a indiferentes
y tibios.
"En tercer término, las publicaciones de carácter francamente opositor. Por lo menos una de ellas
deberá defender tendencias abiertamente hostiles. Nuestros verdaderos adversarios nos
considerarán partidarios de sus ideas y nos descubrirán su juego.
"Es preciso tener presente que, entre los órganos que nos atacan, muchos hay que fueron
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