Page 110 - Teodoro Herzl El Estado Judio
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EL ESTADO JUDÍO
mis esfuerzos con simpatía y emoción, pero ninguno de ellos me
ayuda. En Austria, especialmente en Viena, tengo algunos partida-
rios. Entre ellos, los desinteresados son completamente inactivos, y
los otros, los activos, piensan solamente en su provecho personal,
gracias al redactor de la Neue Feie Presse. A esto hay que agregar
la campaña de calumnias encabezada por S... Todos los judíos, cu-
ya situación económica es estable, están en mi contra.
10 de noviembre de 1896.
Visita de Levín Epstein, administrador de la colonia de Rejovot de
Palestina. Me contó que S. quiere mantener, a todo precio, a las co-
lonias en completa independencia económica. En Rishón Letzión
hay una familia de funcionarios por cada familia de colonos, lo que
imposibilita todo desarrollo.
1° de diciembre de 1896.
(Fragmento de una carta al Reverendo Hechler)
Para Ud., querido amigo, la cuestión judía es un problema teo-
lógico. Pero es también un problema político de los más actuales.
Ud. sabe que sentimientos religiosos, y últimamente la expansión
del antisemitismo, han despertado en las masas judías de todos los
países, una fuerte nostalgia hacia Palestina. Ud. sabe que cientos
de miles de judíos están dispuestos a una inmigración inmediata, y
que podemos suponer que otros miles seguirán sus pasos. He aquí
un nuevo factor que debe tomar en cuenta la política inglesa en
Oriente.
11 de diciembre de 1896.
El escritor danés Jorge Brandes me agradece el envío del “Esta-
do Judío” en una carta delicadamente evasiva. Me cuenta la vieja
anécdota del banquero que quiso ser embajador judío en Berlín. Le
contesto con ironía. Esperé recibir de vuestra parte otra opinión so-
bre esta hermosa idea del renacimiento judío. No creo en la realiza-
ción de la idea, tal como lo escribí en mi libro, pero el Estado Judío
se levantará, aun si parte de los judíos quede en la diáspora, en la
cual viven actualmente también importantes colectividades de todos
los otros pueblos.
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