Page 85 - Teodoro Herzl El Estado Judio
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THEODOR HERZL
sensatos. Ingeniosas máquinas separan el oro de los minerales cono-
cidos. Poca cosa se deja al azar.
De igual manera se debe explorar el nuevo país de los judíos y to-
mar posesión del mismo con todos los recursos modernos.
Tan pronto esté asegurado el país, se envía el primer buque des-
tinado a la toma de su posesión.
En el buque viajan los representantes de la Society, de la Com-
pany y de los grupos locales.
Estos hombres que toman posesión del país tienen tres misiones
que cumplir, a saber; 1° la investigación exacta y científica de las pro-
piedades naturales del país; 2° el establecimiento de una administra-
ción rígidamente centralizada; 3° la repartición del país. Estas misio-
nes están encadenadas y se han de llevar a cabo de acuerdo con el
fin, ya bastante conocido.
Tan sólo una cosa queda por aclarar, a saber: cómo grupos loca-
les llevarán a cabo la toma de posesión del país.
En América, cuando se quiere tomar posesión de algún nuevo te-
rritorio se lo sigue ocupando de una manera realmente ingenua. Los
que van a hacerlo se reúnen en el límite y a la hora fijada, se preci-
pitan sobre el mismo, a un tiempo y de una manera violenta.
Así no se ha de proceder en el nuevo país judío. Los terrenos de
provincia y ciudades serán rematados. Y el pago no será en dinero, co-
mo se pudiera creer, sino en trabajo. Se habrá determinado, de acuer-
do con el plan general, calles, puentes, distribución de aguas, etc., ne-
cesarios para el tránsito. Todo esto se hará por provincias. En el inte-
rior de las mismas, los terrenos serán rematados de manera similar.
Los grupos locales contraen la obligación de ejecutar todo como es de-
bido. Ellos corren con los gastos, creando impuestos autónomos. La
Society se hallará en condiciones de saber de antemano si los grupos
locales no se exceden en sacrificios. Las grandes comunidades obtie-
nen amplios campos donde pueden desenvolver su actividad. En re-
compensa por los sacrificios extraordinarios, obtendrán ciertas recom-
pensas como ser: universidades, escuelas profesionales, escuelas supe-
riores, institutos de experimentación, etc., y las instituciones del Esta-
do, que no deben estar en la capital, serán diseminadas por el país.
Del fiel cumplimiento de las obligaciones responderá el propio
interés de los primeros inmigrantes y, en caso de necesidad, los
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