Page 91 - Teodoro Herzl El Estado Judio
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THEODOR HERZL
               ¿Qué enseñanza encierra esta historia? Enseña que una vida nue-
            va puede mejorar hasta a los delincuentes. Y nosotros tenemos, re-
            lativamente, pocos delincuentes. Léase para ello una estadística inte-
            resante: “La criminalidad de los judíos en Alemania” que fue compi-
            lada por el doctor P. Nathan, de Berlín, por encargo del “Comité de
            Defensa contra Ataques Antisemitas” y tomando como base referen-
            cias oficiales. Pero, a decir verdad, este escrito, lleno de números,
            parte del supuesto equivocado, como tantas otras “defensas” contra
            el antisemitismo, que éste se puede refutar racionalmente. Se nos
            odia, probablemente, tanto por nuestras virtudes como por nuestros
            defectos.


            Ventajas de la emigración judía


               Creo que los gobiernos, espontáneamente o por la presión de los
            antisemitas, prestarán alguna atención a este esbozo y quizás, en cier-
            tas partes, el plan sea acogido con simpatía desde el principio y se de-
            muestre igual simpatía a la Society of Jews.
               Las emigraciones judías, a que aludo, no pueden provocar crisis
            económicas. Tales crisis, que tendrían que originarse en todas partes
            como consecuencia de la persecución de los judíos, se evitarán con la
            realización de este esbozo. Se iniciaría un gran período de bienestar
            en los actuales países antisemitas. Como ya lo he dicho repetidas ve-
            ces, tendrá lugar una migración interna de los ciudadanos cristianos
            hasta las posiciones evacuadas por los judíos, lentamente y atenién-
            dose a un plan estricto. Si no se reducen a contrariarnos sino a ayu-
            darnos, el movimiento será de provecho en todas partes. Es torpe su-
            poner y de eso hay que liberarse, que la emigración de muchos judíos
            provocaría el empobrecimiento de otros tantos. Una cosa es la emi-
            gración como consecuencia de las persecuciones, durante la que se
            arruinan propiedades, como en la confusión de una guerra; y otra co-
            sa es la emigración pacífica y voluntaria de colonos, en la que todo
            puede llevarse a cabo respetando los derechos adquiridos, con toda
            legitimidad, libre y abiertamente, a la luz del día, a la vista de las au-
            toridades, bajo el control de la opinión pública. Con el movimiento ju-
            dío cesaría la emigración de los proletarios cristianos a otros países.


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