Page 56 - Cuco
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FELIPE LÓPEZ ACEVEDO
En el patio de Obanca me encuentro a dos alumnos en la siguiente tesitura: uno subido de pié en los
hombros del otro se asomaba por las rejillas de un ventanal alto que daba el vestuario de las chicas.
Emocionado como estaba con aquella visión me acerqué y le cogí por los tobillos incorporándolo desde los
hombros del compañero a los míos. El sin darse cuenta del cambio y sin mirar hacia abajo decía “sube un
poco más jolín que no veo”. Ya os podéis imaginar la cara que puso cuando poco a poco lo fui bajando de su
“Olimpo” particular.
En una sesión de evaluación yo era tutor de un grupo de segundo de la ESO. Una profesora al referirse a uno
de mis tutorandos decía de él: “es un buen chico, muy educado y muy atento, aunque tiene dificultades con
el idioma por ser polaco”. Es cierto que el físico colaboraba pues era un chico rubio, de ojos azules, y
además muy callado y poco participativo. Yo extrañado le pregunté si se refería al citado alumno y ante la
afirmación de la profesora me vi obligado a decirle que el susodicho era natural de un pueblo del concejo. A
partir de aquel día y en clave de humor lo llamaba “Manolín el de Cracovia”.
Momentos difíciles:
Un momento especialmente difícil fue cuando me nombraron director del Instituto sin haber tenido en
cuenta mi opinión y mi negativa. Lo pasé mal y tuve que dar muchas vueltas para renunciar al cargo.
Otro momento difícil y triste fue cuando formando parte del equipo directivo del IES no fuimos capaces de
impedir la pérdida del edificio de Obanca, razón por la cual nos vimos en la obligación de dimitir de nuestros
cargos.
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