Page 29 - La Cocina del Diablo
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“Yo recuerdo que en 1952, se pescó en todo el mundo 520 millones de quintales de pescado. Sin la
         industria  de  conservas,  las  siete  décimas  partes  de  esta  pesca  inesperada  se  habrían  irremediablemente
         perdido”.
                El Patrón se dirigió a él:
         -      Si los hombres fuesen más previsores, harían interrumpir la pesca en el mundo entero, una vez que las
         necesidades inmediatas fuesen cubiertas. Y para este efecto pondrían en funcionamiento las posibilidades que
         les ofrecen las modernas vías de comunicación. Porque las reservas del mar no son inagotables. Las medidas
         de abstención, en este aspecto garantizarían un mejor porvenir.
                “Pero nosotros hemos hecho que la humanidad esté sujeta a los dictados de una avidez sin medida. El
         hombre  roba  todo  lo  que  puede  robar  sin  medir  las  consecuencias,  que,  finalmente  se  volverán  contra  sí
         mismo”.
                “Y además, ¿Ud. pretende que esos alimentos se habrían malogrado: acaso ya no lo están cuando se
         los pone en conservas?”.
         -      De todas maneras, retomó Alfred, la industria de conservas es necesaria para guardar lo que está de
         mas, asegurar el aprovisionamiento en tiempos de escasez, compensar las faltas de alimentos en tiempo de
         invierno. Con respecto a la constitución de reservas, esta industria responde a una necesidad absoluta.
         -      Ud. no concibe con claridad la meta de nuestro trabajo, Sr. Groot, respondió el Patrón. Todo aquello
         que nosotros dictamos a los hombres les parece una necesidad absoluta. ¡Es necesario que no haya ninguna
         otra salida! ¡Y si se presenta una, nosotros nos las arreglamos para detenerla!
                Bob Harding que aún no había dicho nada dio su opinión:
         -      ¡Es cierto que la puesta en conservas de lo sobrante es indispensable para estabilizar los precios!
         -      Es correcto, admitió el Diablo. Y para asegurar los buenos negocios. En cierta medida, la conserva se
         ha convertido en una necesidad económica. Además es mucho más fácil para comercializar que la mercadería
         fresca. Y nos ayuda muchísimo en nuestra lucha contra el campesinado …
                "Y  como  los  negocios  son  el  enemigo  número  uno  de  la  Vida,  -el  enemigo  que  una  humanidad
         decadente  sitúa  en  el  primer  lugar  entre  sus  preocupaciones-  podemos  encarar  con  gran  optimismo  el
         porvenir de esta rama industrial".
                Azo continuó con su informe:
         -      Aquello que hace a las conservas tan preciosas desde nuestro punto de vista, es que ellas desvalorizan
         una parte importante de las cosechas arrancadas a la tierra. Todo aquello que se encierra en las latas de metal,
         es cocinado primero en dos o tres etapas. Aquello destruye completamente todas las sustancias vitales. Desde
         la primera cocción, las verduras pierden el 93,7% de su valor nutritivo.
                “Enseguida, se las blanquea, se las Colorea, se las sazona, todo con productos químicos. Se emplea no
         sólo  el  sulfato  de  cobre,  sino  también  colores  de  anilina  y  de  hulla,  la  laca  de  clorofila,  soluciones
         amoniacales, azul de metileno, sulfato de níquel y tantas otras sustancias. El resultado: una materia artificial
         desprovista de todo valor biológico”.
                "Se somete a las frutas a su lavado de soda o de sulfito de sodio. Se cocinan, varías veces, en una
         caldera de cobre, se colorean, se perfuman, se rocían con azúcar industrial. Las proteínas y sales minerales de
         las frutas se transforman, en detrimento de su digestibilidad, las esencias volátiles aromáticas se evaporan, las
         enzimas pierden su poder. Y como si estos procedimientos asesinos no fuesen suficientes para garantizar una
         conservación  da  larga  duración,  se  le  agregan  todavía  conservantes  tales  como  el  ácido  salicílico.  El
         alimento, al final, está muerto, absolutamente inerte".
         -      Conozco un nuevo producto para conservar las frutas. Se le considera inofensivo, declaró Francoise.
         -      ¿Cuál es su nombre?
         -      "Obst-stabil", creo.
                Azo se hecho a reír:
         -      ¡Ah si, sale de mi farmacopea familiar! Contiene el 72% de aceite mineral y 20% de jabón liquido. En
         Wuppertal ha causado parálisis de brazos y piernas.
         -      ¡En lo concerniente a las vitaminas destruidas, -comentó el técnico-, son reemplazadas!  al menos así
         está escrito en las etiquetas.

         La Cocina del Diablo – Gunther Schwab                                                                28
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