Page 25 - La Cocina del Diablo
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“Es bueno agregar que este ácido benzoico no sirve casi para nada, sino para malograr la salud de la
gente”.
“Se necesitaría poner el 3% de esta sustancia para que tenga una acción desinfectante Pero a esta
dosis, daría un gusto tan amargo que la mercadería sería imposible de comer. Se le pone menos y su efecto
tan alardeado ya no se ejerce más".
El Diablo río:
- Es así con casi todos los conservantes. Destruyen los hongos inofensivos y las bacterias del ácido
láctico. Pero los gérmenes de la descomposición no son tocados; a lo más, su multiplicación es retardada. Ud.
lo ve, el fin esencial es alterar la salud.
El demonio de los conservantes tomó otro expediente.
- He aquí, ahora a mi excelente amigo, el ácido bórico, quien tiene también afectos antisépticos muy
restringidos. Por el contrario, tiene efectos tóxicos en dosis mínimas. En dosis más elevadas produce la
muerte. A 0,9 gr. provoca vómitos y diarrea, y la urea al cabo de 3 y 6 días. ¡OH! El ácido bórico es un
corrosivo maravilloso para los riñones. Es reabsorbido en el cuerpo, rápida y totalmente, pasa en parte a la
sangre y actúa sobre las enzimas del metabolismo fosfórico.
- El ácido bórico se elimina con la orina al cabo de doce a veinte horas, dijo la doctora, recordando lo
que ella había aprendido en la Facultad.
- ¡No completamente! Porque a lo largo de ingestiones repetidas, se produce una acumulación notable
de veneno. Altera las mucosas del tracto digestivo, lo que hace que la alimentación no sea debidamente
aprovechada.
- ¿Para qué se emplea? preguntó el técnico.
- El ácido bórico lo ofrecemos en la leche, la mantequilla, las salchichas. En los embutidos se han
encontrado seis gramos por libra. También están en los cangrejos frescos y en conserva, anchoas, en los
bocaditos, en el caviar, huevos en conserva que se utilizan en pastelería fina, en fin, en pastas alimenticias.
Esta enumeración, bien entendido, no es completa.
"Nosotros hacemos uso del peróxido de hidrógeno para los quesos, marinadas, jaleas; el ácido
sulfúrico para las harinas, conservas de frutas, jugos de frutas, el vino, también usamos el aldehído fórmico,
el ácido fórmico, el ácido fluorhídrico, el hexametileno tetramino. Todos ellos endurecen los albuminoides,
haciendo la digestión difícil, malogrando las mucosas".
"Puesto que los alimentos desvitalizados pierden todo perfume, color y sabor, he dispuesto una
cantidad increíble de productos químicos para suplir artificialmente estas cualidades. Es así como hago
absorber a la humanidad barriles y barriles de mis pequeños polvos y elixires .... que han sido largamente
estudiados y declarados absolutamente inofensivos por los industriales, completó el Diablo con ironía.
El técnico hizo observar:
- Los largos transportes, los largos almacenamientos, los procesos de conservación, todo ello priva
forzosamente a los alimentos de ciertas cualidades. Para hacerlos apetitosos, a pesar de todo, y competitivos
en el mercado mundial, es necesario absolutamente el embellecerlos ..
- ¡”Absolutamente", en efecto, respondió Azo y ello nos conviene muchísimo! Estos
“embellecimientos”, no siendo naturales, perjudican a la salud.
- Que yo sepa, intervino la doctora, el mismo público desea que los alimentos sean artificialmente
coloreados.
- Es todo lo que deseo, exclamó Azo. El sentido del gusto estando degenerado, recurre a los ojos para
suplirlo.
- Pero aquello obliga a los industriales a colorear las mercaderías, insistió Francoise.
- Eso es lo que por lo menos pretenden los fabricantes, mis colaboradores. En la actualidad, ¡la clientela
ya no sabe la que se asemeja un alimento verdaderamente sano!
- ¿Los colorantes son también venenos? preguntó el poeta.
- La mayoría de ellos se obtienen a partir del alquitrán de hulla, de quien el poder cancerígeno está bien
establecido. Además, otros colorantes contienen arsénico, antimonio, bario, plomo, cadmio, cromo, cobre,
La Cocina del Diablo – Gunther Schwab 24