Page 33 - La Cocina del Diablo
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El patrón hizo girar su sofá de oficina para dirigirse a sus interlocutores telefónicos. Francoise se
inclinó para preguntar en voz baja a Azo.
- ¿Cómo, Uds. dirigen también los trabajos de construcción?
- No con todos los constructores, pero con un buen número de ellos. Aquellos que ocupan puestos
claves, respondió Azo con voz contenida.
- ¿Aló? ¡Aquí el Patrón! gritó Belcebú, con voz potente. ¿Me escucharon? ¡Entonces tomen nota! A
mis agentes del sector de edificación, Construcción y Urbanismo, he aquí mis órdenes.
“¡A partir de hoy construirán exclusivamente viviendas de extrema exigüidad, donde sea imposible
criar adecuadamente a los niños. Así ellos pasarán su tiempo en vivir en la calle. Por el contrario no olviden
las cocheras nunca!”.
"Asfixien a los jardines de las pequeñas gentes con inmuebles colosales, con pisos cada vez más
altos".
"Que las casas sean máquinas para habitar, ciudades habitación. Continúen sin cesar a construir
sepulcros para vivos, antecámaras de las verdaderas tumbas".
"Aíslen al hombre decadente cada vez más de la Naturaleza, la tierra, la Vida. ¿Comprendido?".
"¡Que la arquitectura moderna dé a luz las más notables monstruosidades. Especulen, vendan al mejor
postor! Ensucien, profanen el alma de las respetables ciudades antiguas".
'¡Inspiren a los directores de la revolución artística! Pienso en mi buena amiga Hilla von Reboey,
quien ha dicho que aún no han caído suficientes bombas en los viejos museos. Y en mi buen amigo Le
Corbusier, quien declaró que el centro de las ciudades debían destruirse para dar lugar a los rascacielos".
"¡Dentro del urbanismo y la construcción anulen todo lo que sea simple, sano y natural. Contribuirán
también en buena parte a eliminar la salud psíquica, espiritual y corporal de los seres humanos. Ustedes nos
ayudarán a preparar el cataclismo definitivo!"
"¡He dicho! Es todo".
Colgó el teléfono vivamente y se volvió a sus huéspedes, conservando aún una arruga de autoridad en
su frente.
El demonio de los conserveros se raspó la garganta y abrió el informe de los cereales:
- Mi actividad comienza en el momento en que las materias primas alimenticias llegan a los depósitos.
Ellas están cargadas de venenos agrícolas por centenas. Contra los piojos y polillas del trigo, contra el gusano
de las frutas secas, del cacao, pulverizo DDT, HCH y toda suerte de hexanes ya sea por nubes como por
humo.
- Ud. olvida decir que los granos que han recibido estas pulverizaciones deben ser ventilados y
limpiados antes de cualquier uso alimenticio. Además, se deben mezclar con granos no tratados, hizo
observar Francoise.
- Hay leyes que lo prescriben. Pero, ¿quién se conforma? ¿Y quién controla estas prácticas?
- Además, se trata de materia viva. El cereal absorbe por sus poros cantidades notables de veneno que
se encuentran no sólo en el salvado sino también en la harina, ¡y allí no se puede eliminar ni por ventilación
ni por lavado!".
- El salvado se da a los animales, replicó Francoise.
- Aquello no neutraliza los venenos. Estos nos regresan en la leche, la carne, la grasa. Un buen tercio de
estos tóxicos se une al embrión vegetal.
- Este embrión se elimina desde la molienda, se empecinaba la joven.
- ¡Pero es precisamente este embrión que se presta para obtener el famoso "Aceite de germen de trigo"
que miles de gentes ingieren como elíxir de vida!
"Los cereales sometidos a la aspersión de acuerdo a ley contienen 100 mg. de DDT por kilo. Cuando
se purifican, aún les queda 20 mg. Se estima que 5 mg. absorbidos diariamente dañan las células del hígado".
"Por otro lado, las pulverizaciones transforman la naturaleza de los cereales. Aún en dosis mínimas,
los granos cambian de color, brillo, consistencia, de olor y densidad".
La Cocina del Diablo – Gunther Schwab 32